Waldo Mendoza
Algunos inversionistas están al borde de un ataque de nervios. Están comprando dólares, vendiendo acciones y han paralizado sus inversiones. Y justo en este contexto movido, a los genios de la Comisión de Economía del Congreso se les ocurrió elevar a un 50% el límite legal de inversiones en el exterior de las administradoras privadas de fondos de pensión (AFP), alimentando así la especulación.
El fenómeno observado es ampliamente conocido. Es el típico comportamiento de manada (heard behavior) de inversionistas despistados. Cuando la información es imperfecta, los inversionistas miran a su alrededor y toman la misma decisión que toman los de su entorno, aunque ese entorno esté equivocado.
En realidad, no existen razones para ponerse nerviosos. Si yo tuviera plata hoy, me dedicaría a vender dólares, a comprar acciones y de ninguna manera paralizaría mis inversiones.
Primero, porque el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) tiene actualmente casi 50 000 millones de reservas. En el 2008, cuando solo tenía 35000 millones, vendió sin problemas casi un tercio de sus reservas, y sofocó el ataque especulativo que trajo la crisis internacional.
Segundo, ¿alguna vez se ha aplicado en el Perú el plan del gobierno del candidato que llega a ser presidente? Nunca. Entonces, podemos ignorar el de Ollanta, La Gran Transformación. Plan de Gobierno 2011-2011, documento intelectualmente sólido, aunque el modelo de desarrollo que propone es inconsistente con las experiencias exitosas de desarrollo; y el de keiko, Keiko Presidente. Plan de Gobierno 2011-2016, documento intelectualmente chato con un montón de objetivos y uno que otro instrumento.
Tercero, el sentido común del eventual nuevo presidente (a) tendría que ponerse al nivel de los congresistas que aprobaron la norma de las AFP, para atreverse a cambiar radicalmente un sistema económico que ha funcionado aceptablemente bien. En los últimos 10 años, nuestra tasa de crecimiento ha sido el doble de América Latina, el PBI de hoy en dólares es el triple del hace 10 años y la pobreza ha descendido en más de 15 puntos. Y todo esto, en medio de una inflación baja.
El único tema pendiente importante y urgente es la desigualdad. Y para resolverla, basta la política fiscal.
¿Alguien podría prestarme plata para separarme de la manada, especular en la dirección contraria y hacerme millonario?