Germán Alarco Tosoni
Investigador  CENTRUM Católica
El tema de los límites al tamaño de la  propiedad territorial en el agro costeño no es trivial. El dictamen de  la Comisión Agraria del Congreso sostiene, en mayoría, que el límite  máximo debe ser 40,000 hectáreas. Las minorías plantean topes  inferiores. Los grandes intereses señalan que no hay problema alguno con  la concentración de tierras, a menos que se produzcan abusos en la  posición de dominio. Este fenómeno, que busca su validación legal, tiene  aristas delicadas en la generación de empleo rural, seguridad  alimentaria y abastecimiento, rompe balances de poder local y condiciona  el modelo de desarrollo rural y nacional.
Equívocamente  se cree que el tema de los topes al tamaño de la propiedad fue un asunto  exclusivo del gobierno militar peruano. Nadie pone en duda que se  cometieron errores, pero fue parte de las agendas de política de muchos  países para promover el desarrollo capitalista. La reforma agraria se  mantiene en el portafolio de acciones recomendadas por la FAO. En Corea  del Sur y Taiwán, de los años sesentas, fueron pieza esencial para  promover el incremento de la productividad del campo y liberar mano de  obra para los procesos de industrialización. Sirvió para romper con las  condiciones de explotación y servidumbre. 
La gran  propiedad agraria puede traer desarrollo y nuevas tecnologías, pero esto  también puede ocurrir en la mediana propiedad, en modalidades  asociativas y en la agricultura familiar moderna. La mayor productividad  es positiva, pero implica menos empleo rural y debiera plasmarse en  mayores remuneraciones. Esta es una cuestión delicada en tanto no se  incorpore mano de obra a otros sectores productivos. La gran propiedad  tiende a orientarse hacia la exportación y los biocombustibles,  soslayando la producción de alimentos para el mercado interno. Asimismo,  con la desaparición de la agricultura familiar y la preeminencia de las  condiciones asalariadas se reduce la autoproducción, lo cual puede  incrementar la inseguridad alimentaria. 
El tema rebasa  los alcances de INDECOPI, que centra su análisis en los abusos de  posición de dominio que impactarían sobre los volúmenes, precios y  condiciones en que se ofertan los alimentos. La gran propiedad no es  sinónimo de eficiencia. La concentración en un valle costeño puede  romper los equilibrios de poder con efectos económicos y políticos.  Asimismo, limita las posibilidades de desarrollo al convertir a la  población de pequeños y medianos propietarios en asalariados o  desocupados sujetos a más vaivenes en los mercados. No hay que legislar a  favor de pocos (En: La Primera, 9/7/2010).
7-7-2010.              
 


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RSSSeñor Alarco lea esto por favor, este blog es bueno, pero lamentablemente, como ya dije, muy teorico...
http://americaeconomia.com/negocios-industrias/el-desafio-de-la-industria-arrocera-ecuatoriana-por-encontrar-una-nueva-receta
y si ya no esta ahi, entonces:
http://toxico-jaga.blogspot.com/2010/07/para-los-estatistas-y-los-que-quieren.html
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