Peligros de la Concentración

viernes, 9 de julio de 2010



Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

El tema de los límites al tamaño de la propiedad territorial en el agro costeño no es trivial. El dictamen de la Comisión Agraria del Congreso sostiene, en mayoría, que el límite máximo debe ser 40,000 hectáreas. Las minorías plantean topes inferiores. Los grandes intereses señalan que no hay problema alguno con la concentración de tierras, a menos que se produzcan abusos en la posición de dominio. Este fenómeno, que busca su validación legal, tiene aristas delicadas en la generación de empleo rural, seguridad alimentaria y abastecimiento, rompe balances de poder local y condiciona el modelo de desarrollo rural y nacional.

Equívocamente se cree que el tema de los topes al tamaño de la propiedad fue un asunto exclusivo del gobierno militar peruano. Nadie pone en duda que se cometieron errores, pero fue parte de las agendas de política de muchos países para promover el desarrollo capitalista. La reforma agraria se mantiene en el portafolio de acciones recomendadas por la FAO. En Corea del Sur y Taiwán, de los años sesentas, fueron pieza esencial para promover el incremento de la productividad del campo y liberar mano de obra para los procesos de industrialización. Sirvió para romper con las condiciones de explotación y servidumbre.

La gran propiedad agraria puede traer desarrollo y nuevas tecnologías, pero esto también puede ocurrir en la mediana propiedad, en modalidades asociativas y en la agricultura familiar moderna. La mayor productividad es positiva, pero implica menos empleo rural y debiera plasmarse en mayores remuneraciones. Esta es una cuestión delicada en tanto no se incorpore mano de obra a otros sectores productivos. La gran propiedad tiende a orientarse hacia la exportación y los biocombustibles, soslayando la producción de alimentos para el mercado interno. Asimismo, con la desaparición de la agricultura familiar y la preeminencia de las condiciones asalariadas se reduce la autoproducción, lo cual puede incrementar la inseguridad alimentaria.

El tema rebasa los alcances de INDECOPI, que centra su análisis en los abusos de posición de dominio que impactarían sobre los volúmenes, precios y condiciones en que se ofertan los alimentos. La gran propiedad no es sinónimo de eficiencia. La concentración en un valle costeño puede romper los equilibrios de poder con efectos económicos y políticos. Asimismo, limita las posibilidades de desarrollo al convertir a la población de pequeños y medianos propietarios en asalariados o desocupados sujetos a más vaivenes en los mercados. No hay que legislar a favor de pocos (En: La Primera, 9/7/2010).
7-7-2010.            

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One Comment

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El toxico dijo...

Señor Alarco lea esto por favor, este blog es bueno, pero lamentablemente, como ya dije, muy teorico...

http://americaeconomia.com/negocios-industrias/el-desafio-de-la-industria-arrocera-ecuatoriana-por-encontrar-una-nueva-receta
y si ya no esta ahi, entonces:
http://toxico-jaga.blogspot.com/2010/07/para-los-estatistas-y-los-que-quieren.html

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