¿Por dónde viene el ajuste?

jueves, 11 de septiembre de 2008


Luis Gamero Russo, economista

Muchos explican el fenómeno actual de la inflación como si fuera causado por la subida de los precios de los productos importados. Pero, ¿no estaremos hablando más bien del resultado y no del origen? Veamos.

La causa de cualquier inflación es siempre una política económica expansiva, mediante la cual se rompe el equilibrio entre oferta y demanda. En el último round de inflación de materias primas a nivel mundial, por ejemplo, fueron las políticas económicas expansivas de los países BRIC[1] las que rompieron el equilibrio de oferta y demanda globales y generaron, como consecuencia, una subida en los precios de las principales materias primas.

En el Perú, similarmente, la demanda interna ha venido creciendo más allá que la producción potencial. El PBI está creciendo a un ritmo anual del 10.3% (primer semestre del 2008)[2], mientras que el BCR calcula que el PBI potencial debe crecer a una tasa de 7.5% anual. La brecha entre oferta y demanda dirige su presión hacia una mayor inflación interna o hacia un deterioro de la balanza de pagos, o ambos. Como lo segundo aún no se nota en toda su magnitud, el desequilibrio está por ahora presionando los precios internos.

El alto crecimiento actual del país se debe mayormente al gasto privado, que representa el 88.3% de la demanda interna; mientras que el sector público solo asume el 11.7% restante. Entonces, resulta más viable lograr resultados en la lucha contra la inflación si atenuamos el crecimiento de la demanda interna vía desaceleración del gasto privado que del gasto público. Consecuentemente, el mayor peso de la lucha antiinflacionaria tiene que recaer en el BCR.

Esta institución ha venido utilizando dos herramientas de política monetaria: la tasa de referencia y el encaje. La primera es una señal que sirve para la configuración de las demás tasas de interés del sistema financiero. Si bien el encaje tiene un efecto directo sobre el costo del crédito y puede ser muy efectivo en frenarlo, no influye en el ahorro ni interviene en la formación de expectativas inflacionarias. Por eso es que la tasa de referencia es una herramienta superior y constituye la base de la política monetaria porque afecta a ambos lados de la ecuación y revela, conjuntamente con el anuncio de una meta de inflación, el nivel inflacionario que el Banco Central está dispuesto a defender.

Y de acuerdo a la regla de Taylor[3], a estas alturas la tasa de referencia del BCR debería ser 11.0% anual[4]. Si incluyéramos el efecto del encaje, esta tasa quizás debería estar por el 9.0% más o menos, en vez de la tasa actual de referencia. Si bien esta es una fórmula simple y mecánica, y hay otros factores a considerar, al menos nos muestra qué tan rezagado está el BCR.

Por lo tanto, si el BCR quisiera afectar realmente las expectativas inflacionarias, a la vez que frenar el crecimiento del crédito al sector privado[5], debería aplicar una política de tasas de interés realmente positivas y elevar decisivamente la tasa de referencia, dando así una señal categórica de que lo “está tomando en serio” y no está tonteando con recomendaciones de horticultura.



[1] Brasil, Rusia, India y China.

[2] BCRP, Resumen Informativo N° 34, 22 de agosto de 2008.

[3] Inflation Targeting and Monetary Policy Rules: Experience and Research, by John Taylor, IADB Conference, May 12, 2000.

[4] Tasa de Interés = inflación + 0.5 (desvío de la inflación) + 0.5 (brecha del PBI) + 2.0

[5] El cual viene creciendo a una tasa anual del 33.7% a Julio 2008 (NOTAS DE ESTUDIOS DEL BCRP, No. 47 – 29 de agosto de 2008).

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