Fortaleciendo la planeación en el sector energético

miércoles, 3 de septiembre de 2008


Germán Alarco Tosoni

Investigador Principal CENTRUM Católica


Los problemas entre la demanda y producción de energía eléctrica reflejan la existencia de una crisis. Frente a ésta, algunos colegas señalan que la única salida es la de “sincerar los precios” (ajustar hacia arriba) o establecer mayores incentivos para que las empresas reaccionen ampliando la capacidad de generación. Sin embargo, eluden presentar información sobre la rentabilidad de éstas, omiten considerar los impactos en los ingresos reales de las familias y sobre la competitividad del aparato productivo. Lo más importante, soslayan la necesidad de introducir a la planeación como herramienta clave en la gestión del sector.

En la operación del sector energético se producen muchas “fallas de mercado” que justifican la planeación y regulación. La instalación de plantas generadoras implica un horizonte de largo plazo más aún cuando hablamos de la hidroeléctrica, se producen economías a escala, indivisibilidades, problemas de concentración, externalidades positivas y negativas, bastante cercanas a la que se presenta con la infraestructura de transporte (puertos, aeropuertos, carreteras y ferrocarriles) sujetas a abundante regulación y supervisión.

La Agencia Internacional de Energía (www.iea.org) emite anualmente el World energy outlook que incluye ahora proyecciones al 2030. La Energy Information Agency del Departamento de Energía de EE.UU. (www.eia.doe.gov) acaba de emitir tanto el Annual energy outlook como el International energy outlook con horizontes similares. Un caso interesante, pero aún con problemas de procedimientos y metodologías, es el mexicano donde se obliga a la realización de prospectivas anuales del sector energético (energía eléctrica, gas natural, petróleo y productos petrolíferos) con un horizonte de diez años hacia adelante (www.sener.gob.mx).

La planeación de la plataforma de producción y exportación de hidrocarburos (petróleo y gas natural) para el mediano y largo plazos requiere el cálculo y análisis detallado de las reservas probadas, probables y posibles. Es cierto que el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) publica un Informe anual de reservas, sin embargo, a diferencia de las prácticas internacionales éstas no son auditadas por otra instancia reconocida como la U.S. Securities and Exchange Commission (SEC) de EE.UU, el Instituto Francés del Petróleo (IFP), la Oficina de Geología de los EE.UU (USGS), entre otras.

Llama la atención el nivel de generalidad del Plan estratégico institucional 2007-2011 del MINEM publicado en octubre del 2007. No se hace mención alguna a la problemática de la seguridad energética ni a los niveles de reserva mínimos para las plantas generadoras de energía eléctrica. Si bien en el análisis se reseñan las debilidades relativas a la necesidad de reforzar la cultura de planeación, entre otras, no hay propuestas concretas para superarlas. Es necesario presentar el denominado Plan referencial reseñado por el MINEN, aterrizar los planes en indicadores y metas específicas, más allá de los relativos a la cobertura eléctrica, inversión y contribución al PBI que dicen muy poco. Hay que desarrollar más indicadores, realizar un balanced scorecard (sistema priorizado de indicadores) y llevar a cabo análisis de benchmarking (comparaciones continuas y sistemáticas) a nivel internacional.

La planeación del sector energético es fundamental. Como dice Alan Blinder, ex vicepresidente de la FED, “los mercados son creativos, pero a veces esa creatividad lleva direcciones extrañas y peligrosas”.

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