Por: Pedro Francke
Profesor de Economía de la PUCP
Profesor de Economía de la PUCP
En las últimas semanas hemos asistido a la entrada en vigencia del TLC con China y al cierre de negociaciones del TLC con la Unión Europea. Han sido aprobados sin pasar por el Congreso y sin debate nacional. En el colmo, ¡ya cerraron el trato y aún no conocemos lo aprobado con la Unión Europea! Estos TLCs tienen medidas que afectan negativamente a amplios sectores económicos y sociales, e insisten en priorizar la extracción de minerales y materias primas, por lo que NO son el camino al desarrollo.
Siendo de fundamental importancia el promover nuestras exportaciones no tradicionales, agrícolas e industriales, estos TLCs NO son la mejor manera de hacerlo. Ya sin los TLCs, el Perú ha tenido acceso al mercado estadounidense y europeo, con muchas oportunidades desaprovechadas. La clave para exportar más productos con valor agregado es tener un tipo de cambio más elevado que rentabilice las exportaciones, contar con misiones comerciales en el exterior que sean efectivas, promover la asociatividad de las pymes y agricultores, y el apoyo a la innovación y desarrollo de nuevos productos basados en nuestra biodiversidad, son las medidas adecuadas. En la base, debe haber un aumento de la productividad con mejor educación y mayor capital humano.
La experiencia del TLC con Estados Unidos es aleccionadora: No se crearon el millón de empleos que anunciaron sus defensores. Por el contrario, el TLC NO defendió a nuestras exportaciones textiles de la crisis internacional ni la competencia china en ese mercado. El TLC no amplió el acceso al Mercado Norteamericano que ya teníamos desde 1994 con el ATPDEA.
Por su parte, la producción china ya ha venido afectando gravemente nuestra industria textil y de calzado, debido a que inunda nuestro mercado a precio dumping, frente a lo cual el gobierno no hace nada y el TLC nos dificulta actuar. ¿Acaso con una industria golpeada por esta competencia desleal, vamos a poder competir mejor en el exterior?
Al mismo tiempo, el TLC con Estados Unidos ha afectado negativamente el agro por la importación de productos subsidiados a precio dumping, problemas que se repiten en el TLC con la Unión Europea.
Por las cláusulas de protección de inversiones, el TLC con EEUU ha dificultado hacer frente a la contaminadora Doe Run, expulsada de la Sociedad de Minería. La historia puede repetirse con empresas chinas, ya que el TLC con ese país incluso tiene cláusulas especiales orientadas a defender a la minera Majaz.
Necesitamos exportaciones modernas, con trabajo decente y respeto a los derechos sociales y ambientales. Nada de eso viene con estos TLCs, que promueven el “cholo barato” y desprotegen el medio ambiente.
Buscar nuevos mercados en el exterior es necesario, pero no a los elevados costos que traen estos TLCs. Es necesario revisar estos tratados y someterlos a consulta popular, al mismo tiempo que promover exportaciones no tradicionales de manera sostenible y justa.
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