Sorpresas Económicas en el 2021

lunes, 18 de enero de 2010


En ciertas ocasiones a las personas nos les gusta ser temerarias. El comentar sobre lo que pueda ocurrir durante el 2010, en el campo económico, es arriesgado y lo es más aún cuando se deja entrever que para el conjunto más numeroso de la población no habrá mayores sorpresas. No postulo la hipótesis de que la gente puede adelantarse a prever el futuro, pero está continuamente informándose y aprendiendo. La crisis económica internacional no ha terminado; lamentablemente las previsiones gubernamentales optimistas no tienen asidero. Son útiles sólo para los funcionarios públicos y algunos allegados del sector privado. Nos preocupa tanto la falta de respuestas adecuadas de nuestras autoridades como que estas y los grupos de poder puedan manipular la realidad y alboroten los mercados con fines políticos.
Consenso sobre producción y demanda
“El sentimiento del mercado sobre el desempeño de la economía mundial está dividido entre quienes piensan que la recuperación de la actividad será lenta y aquellos que prevén una recaída en algún momento del año”, dijo la Gerencia General del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) a inicios de la segunda semana de diciembre. ¿Cómo es posible que se produzca un gran crecimiento de la economía peruana si la propia Reserva Federal lo prevé lento para EEUU? ¿La demanda China por nuestros productos mineros puede crecer con independencia de lo que ocurra en EEUU y Europa?
Se pueden analizar las fuentes de crecimiento de la economía peruana por el lado de la demanda y de aquellos sectores determinados por la oferta: la mayor parte del agropecuario, pesca, minería e hidrocarburos, la manufactura procesadora de productos primarios y la construcción, principalmente. Si la inversión privada en el 2010 se mantiene a los niveles del 2009, que equivale a un decrecimiento del -15% respecto del 2008. Asimismo, si el consumo público crece 5%, la inversión pública 10%, las exportaciones 4% respecto del 2009, y la propensión media a importar se estabiliza con un nivel 5% menor al observado en el 2008, el producto bruto interno (PBI) crecería sólo 1.1%. Nuevamente en el 2010 estaríamos a la quinta parte de la proyección oficial del 5% del Poder Ejecutivo y a la cuarta parte del “consenso” presentado en diciembre por el BCRP. Los “errores” del 2009 no se olvidan fácilmente.
El resultado proyectado para el 2010 es de mayor preocupación si lo convertimos a población ocupada. El PBI asociado a la tendencia nacional del empleo por unidad de producto (-2.2% anual con promedio 2000-2008 por la mayor intensidad de capital de la inversión) implicaría una contracción del empleo de -1.3% (casi 200 mil trabajadores que podrían engrosar la masa de desempleados, subempleados o migrantes al exterior). Por el lado de lo sectorial, tampoco se esperaría un desempeño muy positivo de los sectores agropecuario y pesca, cuando al parecer se presentaría un moderado Fenómeno del Niño. Obviamente el desempeño del sector construcción sería algo más positivo, pero sin esperar una expansión “espectacular”, ni como plantea la Cámara Peruana de los Constructores (CAPECO) que los precios de la propiedad vayan a subir. La minería e hidrocarburos crecerían igual que las exportaciones.
Manipulación a la vista
En enero del 2009 se introdujeron modificaciones relativas a la medición “directa” del sector servicios (40% del PBI), mediante la cual el INEI logró que el producto “creciera” más de dos puntos porcentuales por encima de lo que ocurre con todos los otros sectores donde se miden las variaciones en términos físicos. Estos resultados van contra la lógica, cuando se genera una caída del ingreso. Hay también problemas obvios con las mediciones del sector financiero y de los servicios públicos. ¿Acaso la elevación de los márgenes de las instituciones financieras genera más producción real? ¿Estamos recibiendo más servicios de educación, de salud pública, seguridad u otros?
Desde inicios de diciembre, el INEI nos ha señalado que va a cambiar la base para los ponderadores del cálculo del PBI y del índice de precios al consumidor de 1994 a una más reciente. Esto implicaría una mayor contribución de los sectores exportadores, de las importaciones y del sector servicios que favorecerían nuevamente a los objetivos del Gobierno de inflar el crecimiento del PBI. De otra parte, hay otras interrogantes importantes que sí podrían generar sorpresas en este año. En primer lugar, si el gobierno va a actuar en términos del ciclo político a propósito de la coyuntura más politizada del segundo semestre del 2010. ¿Gastará más a pesar de que el partido gubernamental no tenga opción alguna? No hay que olvidar tampoco que los topes de gasto de la Ley de Prudencia y Transparencia Fiscal se aplicarían en los años electorales 2010-2011.
Por último, hay una bomba de tiempo que puede ser administrada políticamente. Se trata de las entradas (o ausencia de retiros) de capital de corto plazo de residentes y no residentes. Hasta diciembre del 2009 había US$ 5,000 millones como Certificados de Depósitos en el BCRP, respecto de los USS 1,800 millones en mayo del 2009. Se les ofrece ahora tasas de rendimiento menores al 1.4% anual. Si salen ordenadamente del país no hay problema. Sin embargo, si se quedan podrían acumularse adicionalmente otros US$ 3,000 millones, que totalizarían US$ 8,000 millones a junio del 2010 que serían una herramienta perfecta para presionar a la sociedad, si esta comienza a inclinarse hacia opciones que puedan afectar a los grupos de poder. La salida abrupta del capital generaría una depreciación brusca del sol. Esperemos que prime la racionalidad económica sobre la política.

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