Por Jürgen Schuldt
Universidad del Pacífico
Universidad del Pacífico
El gobierno ha anunciado que la inequidad ha disminuido en el país. Los datos del índice que presenta a ese respecto el INEI así lo atestiguan: de 0,504 promedio para el trienio 2005/2007 la desigualdad cayó en 5% a 0,479 en 2008, lo que significa que la distribución del ingreso personal ha mejorado. Esas cifras se llaman ‘coeficientes de Gini’, que pueden variar entre 1 (máxima desigualdad) y 0 (igualdad perfecta). Sin embargo, solo cuando son menores a 0,4 representan una inequidad aceptable, que es común en países muy desarrollados.
Asumamos que las cifras oficiales sean correctas, ¿por qué una proporción mayor de familias consideraba que en 2008 su situación económica familiar era peor o mucho peor que en los años anteriores (IPSOS/Apoyo)? De las múltiples explicaciones para entender esa paradoja, nos concentraremos en una sola, que parecería absurda: si bien la desigualdad ha disminuido, la diferencia entre la riqueza absoluta de la población de mayores ingresos respecto a la de menores ingresos ha aumentado.
Haremos un ejercicio ficticio para demostrar que, aunque la desigualdad pueda haberse reducido, las diferencias en la riqueza aumentan notoriamente gracias a las diferencias iniciales de ingreso y a la acumulación del ahorro familiar, a pesar de que asumiremos que los ingresos de los menos acomodados se incrementarán a ritmos mayores.
Los cálculos abarcan un periodo de 10 años, en el que dividiremos a la población en dos grandes grupos (de 50% cada uno), en que uno gana tres veces más que el otro (3.000 soles al mes contra 1.000). En el grupo ‘A’ (los más acomodados) la familia promedio gana 36.000 nuevos soles en el primer año, que aumentan anualmente en 6% y de los que ahorran 20%. En cambio, el ingreso del grupo ‘B’ (los menos acomodados, incluidos los pobres y pobres extremos) llega a 12.000 soles en el primer año, ahorran 5%, pero su ingreso aumenta en 10% anual. Que el ingreso del grupo ‘B’’ aumente más que el ‘A’ no es realista, pero lo hemos supuesto así para que la inequidad relativa disminuya. Asumiremos que no hay inflación, de manera que todos los valores están a precios constantes.
En el primer año la brecha de “riqueza” (ahorros) entre ‘A’ y ‘B’ es de 3.000 soles, ya que el grupo ‘A’ ahorra 20% (3.600 soles) y el ‘B’ 5% (600 soles). A medida que pasan los años, esa brecha va aumentando, aun cuando asumimos que del ahorro no se derivan intereses ni ganancias, lo que favorecería aún más a ‘A’. Si bien el ingreso del grupo ‘B’ se duplica en solo 7 años y el del ‘A’ recién en casi 12, la ventaja absoluta de “riqueza” (ahorros) aumenta cada vez más a favor de este último grupo. En el décimo año la diferencia de riqueza entre ambos grupos ya es abismal: 38.000 soles o 13 veces más que en el año inicial.
En el gráfico adjunto se presenta la aparente paradoja: en términos relativos la inequidad disminuye (en rojo: coeficiente Gini), pero en valores absolutos la desigualdad se incrementa sostenidamente (en azul: brecha de riqueza). Y no nos sorprendería que esa sea la causa principal del malestar de gran parte de la población. De manera que si bien es muy bueno que mejore la distribución personal del Ingreso Nacional, mejor aún sería que se reduzcan las brechas de Riqueza.
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