Luis Gamero
Las últimas noticias de recuperación económica en los EE.UU. son bastante alentadoras, con una sola excepción: el desempleo no desciende. Por ello, Ben Bernancke, titular de la FED, acaba de declarar que la economía estadounidense, a pesar del mejoramiento de muchos de sus indicadores, todavía necesita apoyo de la política monetaria, justamente por la inelasticidad del indicador mencionado. ¿Significará esto que viene un nuevo round de relajamiento monetario en los EE.UU.?
Si fuera así, habría más razón para esperar que los precios de las materias primas sigan al alza. Lo cual sería conveniente para nuestro país desde el punto de vista de nuestras exportaciones, mayormente de minerales; pero no lo sería desde el punto de vista de nuestras importaciones de materias primas alimenticias y de la inflación interna. Esto auguraría un año positivo en nuestro balance externo, pues nuestras exportaciones mineras superan con creces a nuestras importaciones alimenticias. Pero también auguraría un año difícil en materia de prevención de la inflación interna. Y resulta, pues, ridículo que hayan candidatos a la Presidencia que prometan estabilidad de precios en un ambiente internacional todavía volátil.
Sin embargo, el canario en la mina de las materias primas y del crecimiento económico mundial es la China, y no los EE.UU. o Europa, y su seguimiento adquiere mayor relevancia en estos momentos.
Con un crecimiento económico muy acelerado en los últimos años, generalmente por encima del 10% anual, la China se constituyó en el demandante marginal de materias primas a nivel mundial, y en el principal determinante del boom exportador de muchos países emergentes y de otros países productores de materias primas (Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Rusia, etc.). Sin embargo, su inflación interna se ha venido acelerando últimamente y sus autoridades han venido aplicando frenos al crecimiento económico con medidas monetarias y administrativas restrictivas.
Por comentarios de analistas internacionales sabemos que, a finales del 2010, muchas de las empresas públicas chinas habían prácticamente cerrado sus plantas debido a que se habían consumido todo su presupuesto anual. Si esto fuera cierto, se vuelve entonces crucial, en el corto plazo, el seguimiento de la tendencia de los precios de las materias primas como un barómetro simple y sencillo de la posible reanudación, o no, del crecimiento económico chino en el nuevo año del conejo. Y, a pesar de todo lo comentado en las noticias sobre la intención de los chinos de moderar su crecimiento económico, los precios de las materias primas, representado por el índice CRB*, nos muestra todavía una tendencia sostenida al alza. Sigamos al canario…