Por Farid Matuk
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“Al Perú no lo van a hacer retroceder porque tenemos algo que no tienen otros y se llama fe, se llama confianza, se llama coraje frente a la adversidad.
En todas partes se habla del Perú como un fenómeno, y algunos hablan del milagro peruano en Europa y en el Asia”.
Alan García (8-enero-09)
Milagro: 1. Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino. 2. Suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa.
Fenómeno: 1. Toda manifestación que se hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción. 2. Cosa extraordinaria y sorprendente. 3. Persona o animal monstruoso.
Diccionario de la Real Academia Española.
En enero de este año, el Presidente refirió que el crecimiento económico de nuestro país era visto como “fenómeno” en todas partes, y como “milagro” en Europa y Asia. Al analizar los hechos que respaldan las cifras de crecimiento económico de 2006 a la fecha, tenemos que más bien se tiene un fenómeno en la tercera acepción de la Real Academia Española, es decir, tenemos un Frankenstein en el que debiera haber matemática nítida y ordenada.
La medición del crecimiento económico reportado desde el año 2006 ha sido modificada de manera arbitraria y carente de transparencia. Hasta el año 2006, la medición de la economía tenía dos criterios claramente especificados, una fracción de la economía era medida por las Oficinas Sectoriales de Estadística de los ministerios y otra fracción era medida en la sede central del Instituto Nacional de Estadística (INEI).
La medición de los ministerios involucra operaciones de campo tales como encuestas, entrevistas, registros administrativos, y esta medida es un reflejo de la realidad, obviamente con imperfecciones, pero esencialmente un reflejo de la realidad del sector económico en cuestión.
La imputación del INEI involucraba, hasta el 2006, tomar como insumo las cifras de los ministerios y calcular la actividad económica de todos aquellos sectores no medidos directamente, con la estructura económica de 1994. En este caso, a la imperfección de las operaciones de campo se agregaba el supuesto erróneo de mantener la estructura económica de 1994 como válida al presente.
De igual manera, hasta el año 2006, los pasos matemáticos descritos en los dos párrafos anteriores eran de dominio público, a través de la publicación de la hoja de cálculo que sintetizaba las imperfecciones y obsolescencias precisadas previamente, y que permitían a los especialistas identificar las potenciales fallas de medición de la actividad económica.
A partir de 2006, desapareció la transparencia del proceso de imputación que el INEI efectuaba para el 69% del PBI que carecía de medición directa. Este proceso de imputación es ahora secreto y lo publicado muestra lo arbitrario de la medición. A modo de ejemplo se tiene que el sector “Alquileres y Bienes Raíces” crece a una tasa constante por 25 meses consecutivos (ver cuadro).
Un caso flagrante es la medición del sector “Transporte y Comunicaciones”, que mientras hasta el año 2006 se imputaba a partir de la estructura económica del flujo de bienes de 1994, al presente la formula ha sido reemplazada por números de procedencia desconocida. Otro caso palpable es el sector “Comercio mayorista y minorista” que hasta el 2008 se imputaba a partir de la estructura económica del flujo de bienes de 1994, pero a partir de 2009 se ha reemplazado por números de procedencia desconocida (ver cuadro).
Pero estos números de procedencia desconocida no tienen un efecto neutro en el crecimiento económico, sino que más bien son la explicación para el “milagro” y el “fenómeno” a los que nuestro Presidente hace referencia. Estos números de procedencia desconocida permiten tener un Frankenstein que sobreestima el crecimiento de la actividad económica en dos puntos.
El Frankenstein de la Revolución Tecnológica
Como se puede ver en el gráfico adjunto, a partir del año 2006 la proporción del tamaño del sector de la economía que el INEI imputa crece sistemáticamente respecto al tamaño del sector de la economía que los ministerios miden.
En el año base del PBI, 1994, todos los índices de la actividad económica tenían el valor de 100. Mientras que en el periodo entre 2002 y 2006, como producto de la primarización de la economía durante la segunda administración Fujimori, el sector imputado (básicamente el sector servicios) es entre 91% y 92% menor que el sector medido (básicamente el sector bienes).
A partir del año 2006, el gráfico muestra cómo la brecha entre el sector servicios y el sector bienes se reduce sistemáticamente, al punto que en enero 2009 esta a menos de dos puntos de alcanzar la estructura económica de hace 15 años. Para que este gráfico represente la realidad, el Perú desde el año 2006 vive una revolución tecnológica de tal magnitud que en los tres últimos años ha revertido el proceso de primarización de los doce años previos (ver el gráfico).
Las encuestas de empleo a los hogares de Lima Metropolitana no muestran evidencia de la revolución tecnológica en el sector servicios. Tampoco las encuestas de niveles de vida a los hogares urbanos y rurales del Perú muestran evidencia de la revolución tecnológica en el sector servicios. Y ninguna otra fuente estadística muestra evidencia de la revolución tecnológica en el sector servicios. La única evidencia disponible es la falta de transparencia del INEI en la imputación del sector servicios, con el evidente propósito de elaborar una estadística títere a la voluntad presidencial.
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