Prof. en la universidad de texas, san antonio, EEUU, (UTSA)
Alianza Empresarial Para el Desarrollo
Prof. en la universidad de texas, san antonio, EEUU, (UTSA)
Félix Jiménez
Economista Ph. D.
Profesor Principal de
Hoy pocos discuten sobre las causas de la crisis. Se debate más sobre la magnitud de la tasa de crecimiento de este año, en el país y en el mundo. Claro que es importante hacer proyecciones y saber también que éstas siguen revisándose hacia abajo. Todo esto da cuenta de la magnitud de la crisis y de la eficacia de las políticas para enfrentarla. Sin embargo, no puede abandonarse el tema de si, luego de la crisis, las economías mantendrán intactas sus estructuras productivas e institucionales o si se producirán cambios para asegurar un nuevo golden age como el de los años 1945-1980. Si la crisis termina, puede ocurrir que lo que sigue sea un largo período de tasas de crecimiento muy bajas.
Lo que se difunde más como origen de la crisis
Muchos economistas sostienen --¡algunos siguiendo a Minsky!-- que el origen de la burbuja financiera se inicia cuando
Lo que pasó después del pinchazo, es historia conocida. Muchas familias que habían contratado préstamos hipotecarios a tasas de interés variables retrasaron los pagos y, en consecuencia, las ejecuciones hipotecarias empezaron a incrementarse, los precios de las viviendas comenzaron a descender y la cartera inmobiliaria de los bancos comenzó a perder valor. Llegó la crisis: cayeron las ventas de viviendas usadas y nuevas; disminuyó la construcción de viviendas; cayó la confianza de consumidores e inversionistas; la falta de confianza presionó al alza los tasas de interés interbancarias como
Las políticas neoliberales agravaron la desigualdad de ingresos
Visto así, la crisis norteamericana no tendría nada que ver con el modelo neoliberal que se impuso en el mundo con la elección de Margaret Thatcher en 1979 y de Ronald Reagan en 1980. Durante los 30 años siguientes de políticas neoliberales, se registraron tasas de crecimiento económico más bajas que las del período del Golden Age y empeoró de modo creciente la desigualdad en los ingresos. Estas políticas, contrarias al keynesianismo del Golden Age, fueron: la desregulación de los mercados financieros, la privatización, el debilitamiento de las instituciones de protección social, el debilitamiento de las organizaciones laborales, la flexibilización del mercado de trabajo, la reducción del tamaño del Estado, la reducción de los impuestos a los grupos de altos ingresos, la apertura comercial y de capitales, y el abandono del objetivo de pleno empleo.
Treinta años de neoliberalismo en los Estados Unidos significó la generación de una creciente desconexión entre la tasa de crecimiento de los salarios reales y la tasa de crecimiento de la productividad (véase gráfico). Aumentó así la desigualdad en los ingresos hasta parecerse hoy a la que exhiben los países del tercer mundo. De acuerdo con Paul Krugman esta desigualdad se incrementó hasta alcanzar los niveles registrados en los años 20s y 30s del siglo veinte. Los sueldos y salarios reales de los trabajadores de la producción, que constituyen aproximadamente el 80% del empleo total de los Estados Unidos, crecieron a una tasa de 2.25% promedio anual entre 1947 y 1973, pero decrecieron a una tasa de 0.12 promedio anual entre 1973 y 1999. Según Paul Samuelson los directores ejecutivos (CEO por su sigla en inglés) ganan 400 veces el sueldo promedio de sus empleados.
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El modelo neoliberal crea insuficiencia de demanda y estimula la «financialización»
Esta creciente desigualdad tenía que impactar negativamente en la demanda agregada. Pero este impacto se neutralizó inyectando demanda, primero, mediante déficit fiscales durante casi 20 años. Entre 1980 y 1990 estos déficit representaron, en promedio, el 3.4% del PBI y fueron financiados con una deuda que pasó de $US 909.1 mil millones a $US 3,206.6 mil millones. En los años 1990, la inyección de demanda mediante los déficit fue perdiendo importancia, hasta desaparecer en 1998 con la generación de superávit. El segundo factor de inyección de demanda, de acuerdo con Thomas I. Palley, fue la reducción del ahorro privado personal, que se intensificó justamente en los años 1990 cuando declinó el papel del déficit público y se acrecentó la desigualdad. El aumento del consumo de las familias, resultante de la disminución de la ahorro, y el aumento de la inversión, incrementaron la demanda agregada.
La caída del ahorro personal se transformó en desahorro debido al estancamiento de los sueldos y salarios reales. Se recurre entonces al endeudamiento para financiar los gastos adicionales de consumo de las familias. Las innovaciones financieras, sin regulación, alentaron la expansión de este tipo de endeudamiento mediante la puesta en garantía de las propiedades inmobiliarias. También aumentaron los conocidos créditos hipotecarios. El resultado fue el incremento del ratio de deuda respecto a los ingresos de las familias, hasta hacerse insostenible.
La expansión económica a través de la «financialización» del crecimiento de la demanda tenía que terminar en algún momento. La «financialización» fue estimulado por el modelo neoliberal y es conocido en la literatura especializada como el proceso de dominio y mayor influencia de los mercados financieros y de las instituciones y elites financieras, sobre las políticas y los resultados económicos. La «financialización», entonces, al imponer el dominio del sector financiero sobre el real, al transferir los ingresos del sector real hacia el sector financiero y al incrementar la desigualdad y contribuir al estancamiento de los salarios, genera un riesgo de deflación de las deudas y de prolongación de la recesión económica.
A modo de conclusión
La crisis actual, entonces, es también la crisis del modelo neoliberal; y, el cambio de este modelo, es una necesidad de supervivencia del sistema económico capitalista de mercado.
Por Farid Matuk
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“Al Perú no lo van a hacer retroceder porque tenemos algo que no tienen otros y se llama fe, se llama confianza, se llama coraje frente a la adversidad.
En todas partes se habla del Perú como un fenómeno, y algunos hablan del milagro peruano en Europa y en el Asia”.
Alan García (8-enero-09)
Milagro: 1. Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino. 2. Suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa.
Fenómeno: 1. Toda manifestación que se hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción. 2. Cosa extraordinaria y sorprendente. 3. Persona o animal monstruoso.
Diccionario de la Real Academia Española.
En enero de este año, el Presidente refirió que el crecimiento económico de nuestro país era visto como “fenómeno” en todas partes, y como “milagro” en Europa y Asia. Al analizar los hechos que respaldan las cifras de crecimiento económico de 2006 a la fecha, tenemos que más bien se tiene un fenómeno en la tercera acepción de la Real Academia Española, es decir, tenemos un Frankenstein en el que debiera haber matemática nítida y ordenada.
La medición del crecimiento económico reportado desde el año 2006 ha sido modificada de manera arbitraria y carente de transparencia. Hasta el año 2006, la medición de la economía tenía dos criterios claramente especificados, una fracción de la economía era medida por las Oficinas Sectoriales de Estadística de los ministerios y otra fracción era medida en la sede central del Instituto Nacional de Estadística (INEI).
La medición de los ministerios involucra operaciones de campo tales como encuestas, entrevistas, registros administrativos, y esta medida es un reflejo de la realidad, obviamente con imperfecciones, pero esencialmente un reflejo de la realidad del sector económico en cuestión.
La imputación del INEI involucraba, hasta el 2006, tomar como insumo las cifras de los ministerios y calcular la actividad económica de todos aquellos sectores no medidos directamente, con la estructura económica de 1994. En este caso, a la imperfección de las operaciones de campo se agregaba el supuesto erróneo de mantener la estructura económica de 1994 como válida al presente.
De igual manera, hasta el año 2006, los pasos matemáticos descritos en los dos párrafos anteriores eran de dominio público, a través de la publicación de la hoja de cálculo que sintetizaba las imperfecciones y obsolescencias precisadas previamente, y que permitían a los especialistas identificar las potenciales fallas de medición de la actividad económica.
A partir de 2006, desapareció la transparencia del proceso de imputación que el INEI efectuaba para el 69% del PBI que carecía de medición directa. Este proceso de imputación es ahora secreto y lo publicado muestra lo arbitrario de la medición. A modo de ejemplo se tiene que el sector “Alquileres y Bienes Raíces” crece a una tasa constante por 25 meses consecutivos (ver cuadro).
Un caso flagrante es la medición del sector “Transporte y Comunicaciones”, que mientras hasta el año 2006 se imputaba a partir de la estructura económica del flujo de bienes de 1994, al presente la formula ha sido reemplazada por números de procedencia desconocida. Otro caso palpable es el sector “Comercio mayorista y minorista” que hasta el 2008 se imputaba a partir de la estructura económica del flujo de bienes de 1994, pero a partir de 2009 se ha reemplazado por números de procedencia desconocida (ver cuadro).
Pero estos números de procedencia desconocida no tienen un efecto neutro en el crecimiento económico, sino que más bien son la explicación para el “milagro” y el “fenómeno” a los que nuestro Presidente hace referencia. Estos números de procedencia desconocida permiten tener un Frankenstein que sobreestima el crecimiento de la actividad económica en dos puntos.
El Frankenstein de la Revolución Tecnológica
Como se puede ver en el gráfico adjunto, a partir del año 2006 la proporción del tamaño del sector de la economía que el INEI imputa crece sistemáticamente respecto al tamaño del sector de la economía que los ministerios miden.
En el año base del PBI, 1994, todos los índices de la actividad económica tenían el valor de 100. Mientras que en el periodo entre 2002 y 2006, como producto de la primarización de la economía durante la segunda administración Fujimori, el sector imputado (básicamente el sector servicios) es entre 91% y 92% menor que el sector medido (básicamente el sector bienes).
A partir del año 2006, el gráfico muestra cómo la brecha entre el sector servicios y el sector bienes se reduce sistemáticamente, al punto que en enero 2009 esta a menos de dos puntos de alcanzar la estructura económica de hace 15 años. Para que este gráfico represente la realidad, el Perú desde el año 2006 vive una revolución tecnológica de tal magnitud que en los tres últimos años ha revertido el proceso de primarización de los doce años previos (ver el gráfico).
Las encuestas de empleo a los hogares de Lima Metropolitana no muestran evidencia de la revolución tecnológica en el sector servicios. Tampoco las encuestas de niveles de vida a los hogares urbanos y rurales del Perú muestran evidencia de la revolución tecnológica en el sector servicios. Y ninguna otra fuente estadística muestra evidencia de la revolución tecnológica en el sector servicios. La única evidencia disponible es la falta de transparencia del INEI en la imputación del sector servicios, con el evidente propósito de elaborar una estadística títere a la voluntad presidencial.
Este artículo lo puede leer también en: http://aeperu.blogspot.com
Pedro Francke Por Pedro Francke Ballvé 0 comentarios
Sin embargo, el gobierno aprista no sólo continúa este modelo, sino que lo profundiza. Los TLCs con Estados Unidos, China y Chile nos amarran a darle total libertad a la inversión extranjera, impidiendo su regulación. Con el TLC recién firmado, el Perú no podrá impedir que empresas chilenas asuman el control de empresas privadas en puertos, aeropuertos u otros servicios estratégicos, lo que Chile sí puede hacer respecto de las empresas peruanas. Los TLCs dan derechos especiales a las empresas a reclamar ante tribunales internacionales y nos obligan a permitir la libre salida de capitales, precisamente cuando el mundo se da cuenta que esta libre movilidad de capitales ha sido uno de los factores de desregulación financiera que ha provocado y profundizado la crisis.
Concesiones antinacionales como Paita
El gobierno insiste también en concesiones antinacionales que solo favorecen a las empresas y no a los consumidores ni al desarrollo, como es el caso del puerto de Paita. Sigue así varios malos ejemplos que hemos tenido en el pasado. Uno fue la mal llamada “Vía Expresa” del Callao, donde sin que se hayan hecho mejoras nos cobraron peaje durante años a beneficio de la empresa favorita de Alex Kouri. Otro viene siendo la Interoceánica Sur, cuyo costo ya no será de 800 millones sino de 1,300 millones de dólares. Es también el caso del gas de Camisea, que al aprobarse la exportación para que haga negocio una gran empresa asesorada por PPK, ya no podrá abastecer el mercado interno provocando el alza de tarifas eléctricas.
Con la misma política neoliberal, ahora se quiere privatizar el puerto de Paita bajo condiciones que aseguran grandes ganancias a las empresas privadas pero donde todos los riesgos los corre el Estado. En efecto, si la empresa no logra que haya suficientes ingresos en Paita, el Estado les pagará. Además, por cierto, de que no se obliga a que hagan ninguna obra por los dos primeros años, en los cuales claro que se quedarán con las ganancias que hoy día genera el puerto.
Tampoco son estos los únicos problemas del “libre mercado” en el Perú. La resistencia de Alicorp, del Grupo Romero, que controla el 60% del mercado nacional de aceites, a rebajar los precios que había multiplicado en el 2008, a pesar de la caída internacional de precios, es también reveladora. En nuestro país, no son pocos los casos en lo que el “libre mercado” resulta ser un mercado controlado por unos cuantos oligopolios, con el Estado apoyando ese control o haciéndose de la vista gorda.
A pesar de los problemas nacionales e internacionales que ha traído el neoliberalismo, sus defensores nacionales siguen defendiéndolo. Algunos de ellos, por cierto, defendiendo el libre mercado siempre que no se trate de su propio pellejo. Veamos el ejemplo de Jaime Cáceres Sayán, hasta hace poco Presidente de la CONFIEP, abanderado la libre empresa y del estado mínimo. Pero sucede que ING, la financiera internacional dueña de la AFP Integra para la cual él trabaja, ha tenido que ser rescatada por el gobierno holandés con US$ 13,400 millones de dólares. Cáceres también defiende que a los afiliados a las AFPs se nos niegue la libertad básica de salir de ese sistema privado de pensiones (ahí si no vale el libre mercado), al mismo tiempo que el Fondo 3 de su AFP ha perdido el 43% del dinero de sus afiliados durante el 2008 y sigue cobrando las mismas elevadísimas comisiones.
Mercado dominado por monopolios
La crisis ha revelado con toda su crudeza los grandes problemas del neoliberalismo. El neoliberalismo ha generado mayor desigualdad en el mundo y un enorme problema ambiental. No cabe duda de que los bancos y aseguradoras, que hoy están siendo rescatados en muchos países, serán mucho más regulados en el futuro. Las recientes medidas de Barack Obama proponiendo impuestos a las sobreganancias petroleras, impulsando tecnología “verdes”, aumentando el gasto social y avanzando hacia un sistema de aseguramiento universal en salud, son prometedoras de cambios mayores.
En el Perú, el neoliberalismo logró crecimiento económico en los últimos años gracias a una enorme alza de precios de los minerales. Así, se acabó el alza de precios y se acabó el crecimiento. Pero lo más grave es que durante este crecimiento, la salud, la educación y la seguridad social no mejoraron, la exclusión y desigualdad se agravaron, la contaminación ambiental se disparó y nuestros recursos naturales se acercan a su agotamiento.
En el Perú, el neoliberalismo trae consigo el “capitalismo de amigotes”: un mercado dominado por oligopolios y donde se entregan concesiones monopólicas con grandes ventajas a las trasnacionales a costa de los peruanos, como en el puerto de Paita. Sólo una ciudadanía activa defendiendo sus derechos y un gobierno comprometido con los peruanos podrán cambiar eso.
LAS LECCIONES DEL SALVATAJE A DOE RUN
Jose de Echave
Lo ocurrido en las dos últimas semanas en torno al tema de Doe Run deja un clima tan cargado que puede terminar contaminándonos como ocurre con el aire que respiran todos los días los pobladores de La Oroya. Aquí algunos temas a título de lecciones:
- Ha sido saludable que el Estado no comprometa recursos de todos los peruanos para salvar a una empresa que desde que llegó al país no ha hecho otra cosa que incumplir con sus obligaciones. La salida que implica un crédito privado de varios bancos y empresas mineras, no solamente permite salvar el complejo de un colapso inminente, sino que sugiere posibles alternativas para un futuro inmediato, ante la evidente falta de capacidad y compromiso de Doe Run.
- De esta crisis debe quedar claro que no es lo mismo buscar salvar el complejo metalúrgico y los empleos en La Oroya, que salvar a Doe Run. Esta empresa no es sinónimo del complejo, de los intereses de los trabajadores y de la población de La Oroya. Al contrario su presencia perjudica el futuro de La Oroya.
- En aras de una mayor transparencia, seria saludable que el Ministerio de Energía y Minas informe sobre la situación actual del fideicomiso. No debemos olvidar que la resolución ministerial 257/2006-MEM-DGM, obligó a que Doe Run suscriba un fideicomiso, mediante escritura pública, con el entonces Banco Wiesse Sudameris. El contrato de fideicomiso debía cubrir “el 100% de todas las obligaciones dispuestas” en un informe que sustentaba la resolución (artículo 2).
- Además, en el artículo 5 de la misma resolución, se señalaba que en un plazo de 30 días calendario, Doe Run Perú debía constituir y presentar “una Carta Fianza, solidaria, incondicionada, irrevocable y de realización automática a simple solicitud escrita del Ministerio de Energía y Minas, por el monto de US$ 28´641,094, equivalente al 20% del costo del proyecto prorrogado “Plantas de Ácido Sulfúrico” del complejo de La Oroya. ¿Cómo están estos instrumentos y cómo están siendo gestionados? Se necesita un informe claro e integral al respecto y sería ideal que como parte de la negociación, la empresa adhiera a la Iniciativa de Transparencia Financiera (EITI por sus siglas en inglés), tal y como lo han hecho otras empresas del sector.
- Como consecuencia de toda esta crisis queda un saldo negativo para la población y la salud de La Oroya: un nuevo anuncio de ampliación del programa de inversiones ambientales (PAMA). ¿Cuantas veces más se le beneficiará a Doe Run con una ampliación del plazo del PAMA? ¿Esta es la última? Cabe recordar que lo mismo se dijo el 2006 cuando se le amplió el PAMA: la resolución ministerial 257/2006-MEM-DGM , señalaba que: “Doe Run deberá cumplir con el proyecto Plantas de Ácido Sulfúrico, en los plazos perentorios e improrrogables que se señalan en el Anexo de la presente Resolución Ministerial” (artículo 1).
- No se da un buen mensaje con esta decisión. El Ministerio de Energía y Minas no ha cumplido su parte: fiscalizar. La Dirección General de Minería debió “disponer la realización de acciones de fiscalización continua”, “la cual evaluará trimestralmente el cumplimiento de lascmedidas y actividades establecidas para la construcción de las Plantas de Ácido Sulfúrico del Complejo Metalúrgico de La Oroya” (artículo 8). Si la empresa no cumplía, en el mismo artículo se señalaba que se debían “aplicar las sanciones correspondientes”. El ministerio se durmió y recién ahora nos enteramos que la planta apenas tiene un avance del 50%. No ha sido la paralización de las dos últimas semanas, lo que explica el retraso, como se ha señalado.
¿Sacaremos las lecciones en esta ocasión? Las autoridades correspondientes tienen la palabra y la sociedad civil deberá estar vigilante.