¿Existen opciones al modelo económico vigente?

miércoles, 3 de febrero de 2010




Germán Alarco Tosoni
Investigador principal CENTRUM Católica

Este año político no podía ser ajeno a los economistas. Ya se inició la disputa en el campo de cuál debe ser el estilo de desarrollo o modelo pertinente para la economía peruana. De un lado están sus defensores y del otro los detractores quienes proponen su cambio, modificaciones mayores o menores al mismo. La problemática de los modelos económicos tiene mucho de técnica (teoría y práctica económica), ideología y capacidad de gestión de las políticas públicas. La economía es una ciencia social, no es técnica pura, ni está libre de los juicios de valor. No existe un modelo y su opuesto. Las variantes y particularidades son muy numerosas. El carácter científico de la economía radica en transparentar todos los supuestos establecidos y explicitar desde el inicio a quien se va servir.

Elementos para definir un modelo económico

No existe una relación única de reglas, instituciones, mercados y variables a considerar para definir un modelo económico. En la teoría económica las definiciones de modelo son diversas. No hay consenso. En realidad cada modelo económico involucra una posición explícita, implícita u omisión respecto a todo un conjunto de esferas: nivel meta, macro, sectoriales e intermedias, e institucionales. A nivel meta, las diferencias existen entre quienes asumen una posición u otra respecto a temas tales como: ¿cuenta la sociedad con capacidad de planeación estratégica?, ¿existen mecanismos formales de planeación que funcionan?, ¿hay un sistema de dirección estratégica de la economía?, ¿se cumplen adecuadamente todos los procesos de las políticas públicas?, ¿existe una adecuada comunicación interinstitucional?, ¿el reconocimiento social se basa en criterios meritocráticos o patrimonialistas?.

La diversidad en los modelos, a nivel macro, se origina en las diferentes respuestas que se pueden dar respecto a interrogantes tales como: ¿cuál es el rol del estado?, ¿la estructura de tributación es directa o indirecta?, ¿es la política fiscal procíclica o anticíclica?, ¿cuáles son las funciones de la banca central ?, ¿cuál es el rol del sistema financiero?. A nivel intermedio: ¿existe política comercial?, ¿existe política industrial?, ¿hay o no interés en la problemática de la ciencia y tecnología?, ¿es importante la problemática ambiental y la preocupación intergeneracional?, ¿cuál es el sentido de la regulación y las políticas de competencia?, ¿existen políticas de promoción de la inversión?, ¿son o no importantes los derechos de propiedad. En el campo institucional, ¿existe una política activa de salarios mínimos?, ¿se promueve o no las organizaciones sindicales?, ¿son sólidas o no las políticas a favor de un estado de bienestar (pensiones, salud y acceso garantizado a la educación)?, ¿es o no importante la estructura de distribución del ingreso?, entre otras.

Modelo chino

Es muy difícil señalar cuáles son las variables que explican su éxito. No se trata del conjunto propuesto por la economía convencional. Es central la política comercial activa con enfoque estratégico que comparte espacios con un tipo de cambio real elevado que explican el notable desempeño exportador. Esta política se acompaña de una economía heterogénea, con políticas alimentarias que permiten salarios reducidos en moneda extranjera. Existe intervención estatal a nivel central y descentralizado. Se ha procurado una mejora notable de la infraestructura, de la ciencia-tecnología y abundante mano de obra calificada. Los incentivos económicos son elevados pero con una regulación y derechos de propiedad frágiles. Este conjunto es diferente al modelo de Corea del Sur, al de Taiwán o de Singapur, pero comparten el hecho común de una importante presencia estatal, a diferencia del modelo propio de nuestro país.

Modificaciones al “modelo peruano”

No vamos a analizar detalladamente las características de nuestro modelo económico, pero destaca su orientación primario exportadora, naturaleza desindustrializadora, con reducida presencia estatal (poco gasto e inversión pública)mercados internos abiertos, con reducidas articulaciones internas, intensivo en capital y por ende con poca generación de empleo, y con un patrón concentrador bajo dominancia extranjera, entre otras características. Sin embargo, la cuestión fundamental es si éste es viable y sostenible en el mediano y largo plazo, bajo el objetivo último de mejorar la calidad de vida de toda nuestra población actual y de mañana.

Los economistas neoliberales ridiculizan a sus críticos denominándolos  como “antisistema” o “antimodelo”. Están muy equivocados. Quién podría oponerse a que agreguemos a nuestro modelo otros componentes como el rescate de ese nivel meta y de las políticas intermedias y sectoriales que comentamos anteriormente. La construcción de una misión y visión de país sobre la base de los intereses nacionales. Que iniciemos una verdadera cruzada nacional contra la desigualdad y la exclusión, más allá de la lucha contra la pobreza. Sin creación de ciencia y tecnología no tenemos futuro ni lugar en el mundo. Hay que rehabilitar las políticas sectoriales e industriales para mejorar las articulaciones productivas. Institucionalizar las políticas fiscal y monetaria anticíclica. Actuar creando empleos de calidad (con remuneraciones adecuadas) acordes con la expansión de mercados y la mejora de la competitividad externa. En fin, aprovechar nuestras fortalezas y oportunidades, incorporando los ajustes necesarios. El reto está en que todos estos ingredientes generen un platillo consistente, nutritivo y que guste a la gente.

2-2-2010.


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Luchillo dijo...

Tienes razón, Germán, cuando dices "No existe una relación única de reglas, instituciones, mercados y variables a considerar para definir un modelo económico. En la teoría económica las definiciones de modelo son diversas. No hay consenso. En realidad cada modelo económico involucra una posición explícita, implícita u omisión respecto a todo un conjunto de esferas: nivel meta, macro, sectoriales e intermedias, e institucionales." Hasta allí todo iba bien, y mas adelante también, pero me sorprendio que de repente llegases a tildar y encajonar a un sector de economistas como "neoliberales" en tu último párrafo. Esto me sabe a contradicción incompatible con la calidad y el contenido del resto del artículo. ?Podrán algún día los economistas no neoliberales, por llamarlos de algún modo, dejar de caer en este tipo de calificativos y debatir en neutro?

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