Indecopi: todo es posible, menos la renuncia

viernes, 4 de septiembre de 2009


Juan Francisco Rojas
Si usted fuera presidente de Indecopi, y hubiera sido nombrado por su amigo el presidente García, encargándose de hacer pública esta amistad en cuanto auditorio fuera posible, como único mérito de su designación, ¿Cómo se sentiría si el presidente firmara un Decreto Supremo señalando su falta de profesionalismo y tecnicismo? ¿Acaso renunciaría? La decencia obliga.
Hace unos días Indecopi elaboró un informe – supuestamente técnico – recomendando salvaguardas a la importación de hilados de algodón proveniente de la India. El informe fue el resultado de más de nueve meses de supuesto estudio y acopio de información. El 17 de agosto de 2009, mediante Decreto Supremo Nº 016-2009-MINCETUR, la comisión ministerial, con la rúbrica del presidente García, se pronunció categóricamente: (…) el informe (…) del Indecopi carece de información suficiente del tipo de mercado, características del producto y otros que permitan demostrar fehacientemente que el hilado de algodón nacional y el importado constituyan productos similares o directamente competidores (…)”.
La ministra Aráoz ha ratificado la debilidad del trabajo: “la información del estudio (…) es tan débil que parte con una hipótesis equivocada, que no se prueba y desarrolla, además, no permite llegar a una conclusión” (El Peruano, 19 agosto 2009).
¿Y los agricultores? ¿Y los industriales? ¿A quién le reclamarán el tiempo perdido y el perjuicio económico? ¿Este es el “tecnicismo” de hoy en Indecopi?
La historia es más triste si se piensa en el novísimo mecanismo de registro de teléfonos y correos electrónicos para evitar propaganda molesta. Según los “técnicos”, gracias a los 90,000 registros recibidos hasta ahora, los 12 millones de peruanos con acceso a la modernidad estamos autorizando a que los anunciantes puedan invadir nuestra intimidad, con cualquier tipo de llamada o mensaje, a cualquier hora. El mundo al revés.
Incluso, en el colmo del utilitarismo se pretende cobrar el acceso a esa base de dato a las empresas, como si se tratara de un servicio a los anunciantes, cuando lo que se persigue – mal y al revés – es proteger la intimidad de los ciudadanos.
Seguramente se dirá “es la ley”. Pero la ley fue concebida en Indecopi y aprobada gracias a su pésima asesoría, mediante un Decreto Legislativo.
Otro tema es el Código del Consumidor, donde el presidente García ha señalado que en el Perú, el gran desatendido es el consumidor, y que los organismos creados para tal fin no funcionan, entre ellos, el Indecopi. Por el contrario, para el presidente de la entidad, señor Thorne, no se necesitan mayores cambios.
En reciente artículo, Thorne ha señalado que “el camino pendiente es lograr que todos los ciudadanos de cualquier rincón de nuestro país sean consumidores (…)”. Lo increíble es que uno de sus primeros actos fue desarticular un proyecto de cooperación internacional para fortalecer la competencia municipal y regional en la protección del consumidor.
Amigo lector, la renuncia es un instrumento de dignidad en la gestión pública cuando no se puede con el cargo, cuando la torpeza de la gestión es escandalosa, o cuando se daña la imagen del amigo que le entregó la confianza.

Comments

One Comment

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Pedro Candela dijo...

Parece pues que el tontonazo de Thorne se hace el "loco" y ante lo obvio, su renuncia, sólo dice: "no se oye, padre."

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