El actual patrón de crecimiento económico no es inclusivo

sábado, 11 de agosto de 2012

Félix Jiménez
Economista Ph.D.
Profesor principal de la PUCP

En mayo de este año el PBI creció en 6.5% y en el período enero-mayo creció en 5.8%. Después de la crisis internacional de 2008-2009 la tasa de crecimiento del PBI llegó a un máximo de 12.0% en junio de 2010, luego comenzó a desacelerarse generando una tendencia a la caída. Esta tendencia continuará, sin duda, mientras la actual crisis internacional siga prolongándose y agravándose. El gráfico muestra, precisamente, la fuerte dependencia externa del crecimiento económico del país. La crisis asiática y rusa de 1998-1999 desencadenó la recesión prolongada de los años 1998-2001, mientras que el aumento de los precios de los minerales y la expansión de la economía mundial dio lugar a un crecimiento sostenido que duró hasta el tercer trimestre de 2008. La vulnerabilidad externa es, entonces, una de las características del actual estilo de crecimiento primario exportador del país. Los productos primarios siguen representando cerca del 77% del total de las exportaciones, al igual que en 1980. La única novedad es que al interior de estos productos, los mineros ganaron participación en los últimos años.


El crecimiento económico no es inclusivo

La vulnerabilidad externa no es la única característica de este estilo de crecimiento. El 79.3% del crecimiento de los primeros cinco meses del año es explicado por los sectores Comercio y Servicios. Si le agregamos el sector Construcción, los tres explican el 93.1% del dicho crecimiento. Este patrón de crecimiento se reproduce desde los años noventa. El 71.0% de la producción anual promedio del período 1990-2011 fue explicado por los tres sectores. Además, el 72.4% del crecimiento del PBI de 1990 a 2011 se debió a los mismos sectores Comercio, Servicios y Construcción.

Lo que llama la atención es el papel amortiguador que desempeñan estos sectores en períodos en los que se desacelera o decrece la producción de la manufactura, la minería y la agricultura. No solo siguen explicando el mayor porcentaje de la producción, sino que lideran el crecimiento. Esto es lo que está pasando desde julio de 2010. En los primeros cinco meses de este año el producto del sector agropecuario creció 3.5%, el del sector minero 2.2% y el del sector manufacturero cayó 0.8%; pero los tres sectores (Comercio, Servicios y Construcción) crecieron a tasas notablemente altas (entre 7% y 14%).

De otro lado, el conjunto de los tres sectores dan trabajo al 58% de la PEA ocupada. Pero, se trata de un empleo de baja calificación, con niveles de productividad reducidos y, por lo tanto, con muy muy bajos ingresos. Los trabajadores del sector agropecuario –que emplea al 30.7% de la PEA ocupada—también tienen estas características. En estos cuatro sectores predominan los trabajadores independientes y las microempresas. Según la información del INEI para el año 2010, el ingreso promedio mensual de los trabajadores de las microempresas fue de solo 704.5 soles. En las áreas urbanas el ingreso fue de 797.4 soles y en las áreas rurales de 465 soles.

Este estilo de crecimiento no puede ser inclusivo porque genera y reproduce desigualdad. Durante los años 1990-2000 del fujimorismo, el salario real promedio fue equivalente a sólo el 37.2% del registrado en el año 1987. Este promedio se mantuvo en la práctica durante los años 2001-2009. Por lo tanto, el crecimiento de las últimas décadas no mejoró la capacidad adquisitiva de los trabajadores del sector privado ni sus condiciones de calificación y de trabajo. Esto contrasta con el crecimiento notable de las exportaciones reales per cápita y del crecimiento del PBI per cápita que coincidió con el boom minero de los últimos ochos años.

El crecimiento es adicto a importaciones

El actual patrón de crecimiento también descuida el desarrollo del agro y de la industria manufacturera. Estos dos sectores han perdido peso y liderazgo en la generación de la producción nacional, y también han reducido su capacidad de generación de empleo. La ausencia de liderazgo de estos sectores y la existencia de ingresos indignos para cerca del 80% del PEA ocupada, indican que el crecimiento no se basa en ganancias sostenidas de productividad y de competitividad.
La pérdida de importancia de estos sectores ha generado un crecimiento espectacular de las importaciones reales. Estas crecieron a una tasa promedio anual mayor que la del PBI: 7% durante 1990-2002 y 10% durante 2002-2011. La economía se ha hecho así más dependiente de importaciones. El porcentaje de los bienes de consumo no duradero importados respecto a la producción agrícola se multiplicaron por 2.5 y el de los bienes de consumo duradero importados respecto a la producción manufacturera por 6.0. Pero lo que más llama la atención  es  el incremento de las importaciones de insumos y bienes de capital en relación a la producción del sector manufacturero:  de un promedio de 40.7% en el período 1970-1975 subieron a un promedio de 82.4% en el período 1990-2010. Según información para los últimos años, este porcentaje supera el 100%: la importación de insumos y de bienes capital es superior a la producción del sector manufacturero.

A modo de conclusión

Los programas sociales no cambiaron ni cambiarán el carácter excluyente, primario exportador y adicto a importaciones de este modelo de crecimiento neoliberal. La agudización de la crisis internacional y la prolongación del bajo crecimiento de la producción de las principales economías del mundo, mostrarán más temprano que tarde sus límites.


Publicado en el diario La Primera, el sábado 11 de agosto.

El modelo económico que gestiona el «piloto automático» de Humala

sábado, 4 de agosto de 2012

Félix Jiménez
Economista Ph.D.
Profesor principal de la PUCP

En su mensaje a la nación del 28 de julio, Ollanta Humala dijo: «luego de un año de gestión, me reafirmo en lo medular de mi propuesta, y confirmo que hemos comenzado a sentar las bases para la gran transformación que anhela la mayoría de ciudadanos de nuestra patria».  Y ¿cuáles son esas bases? Si para Humala son «los avances en el proceso de crecimiento con inclusión social»; es decir, si es la continuación del crecimiento acompañado de programas sociales, él debió decir, entonces, que está mejorando las bases de la «gran» continuidad. Debió reconocer que está siguiendo la ruta contra la que votaron la mayoría de ciudadanos que confió en su candidatura.  

El elogio a su piloto automático

Los programas sociales que gestiona el gobierno de Humala no son nuevos en su concepción. El pueblo sabe que estos programas se idearon para compensar los costos sociales de la imposición del modelo neoliberal durante el «fujimorato». 

Humala apeló a la Gran Transformación para justificar su continuismo frente a los pobres. En el colmo de su enredo, Humala elogió a su «piloto automático» con el circunloquio que «será un instrumento de inclusión social, capaz de administrar el crecimiento económico para que llegue a todos los peruanos y que, por lo tanto, ya no administrará la escasez y la pobreza». El gran instrumento para ello, dijo, será la reforma del Sistema Nacional de Inversión Pública, para que incluya «en la inversión pública la capacitación, la asistencia técnica, la asesoría de gestión y la adopción de tecnología y, también, para que reduzca a la mitad del tiempo el proceso de aprobación de proyectos».

Esa reforma la debió haber hecho Castilla cuando era viceministro de García, sin herir para nada el modelo económico neoliberal. Pero los «ciudadanos de nuestra patria» sabemos que en el tema fiscal, el gobierno de Humala decidió por una orientación conservadora y mediocre. Aceptó que su ministro le recortara groseramente las metas de las políticas sociales y que así terminara el 2011 con un superávit de 2.0% del PBI (9,077 millones de soles). Este mismo ministro, que según Humala hará que el «crecimiento económico llegue a todos los peruanos», ha generado en el gobierno central, entre enero y mayo de este año, un superávit de 12,832 millones de soles (28.6% más del que generó en el mismo período en 2011 cuando era viceministro de hacienda de Alan García).

Este ministro parece haber convencido a Humala de que el abultado monto de superávit constituye una fortaleza para enfrentar los efectos de la crisis internacional. Y probablemente este es el mismo ministro que le ha dicho a Humala que «en lo que va del año se ha recaudado por el gravamen minero S/ 1,246 millones». Según el Reporte de Inflación del Banco Central, se habían recaudado S/. 458 millones en el primer trimestre, lo que quiere decir que en tan solo cuatro meses –de abril a julio-- se habría recaudado un adicional de S/. 788 millones. Según el mismo Reporte de Inflación, en el cuarto trimestre de 2011 se recaudaron, por el mismo concepto de gravamen, S/. 265 millones. Humala nos dijo en su mensaje que estima al término del primer año de vigencia del gravamen –es decir—en setiembre de este año--, el Estado se beneficiaría con una cifra aproximada a 3000 millones de nuevos soles». Humala le ha dicho al país, entonces, que en los próximos dos meses –porque la ley del Gravamen entra en vigencia a fines de setiembre de 2011—se recaudará nada menos que un adicional de S/. 1,754 millones. ¿Será esto posible?

El modelo económico que gestiona el piloto automático

Humala ofreció cambiar el modelo económico neoliberal. Pero una vez elegido con nuestros votos como presidente, decidió solo administrar ese modelo económico que beneficia al Perú Oficial; que reproduce las condiciones de desigualdad del Otro Perú constituido por los trabajadores del campo y la ciudad, por lo pequeños y micro empresarios, y por los informales; y, que impide culminar la construcción de la nación.

El crecimiento económico de 6.9% en 2011 y de 6.0% en el primer trimestre de este año se debe fundamentalmente al crecimiento de la construcción, del comercio y de los servicios. Estos tres sectores son de baja productividad, y en ellos se encuentra el mayor porcentaje de empresas «de 1 a 10 trabajadores» y donde los ingresos ascendían, en promedio, a 705.6 soles al mes en el año 2010. 

En el año 2011 la economía habría crecido sólo 4.3%, si los sectores construcción, comercio y servicios se hubieran mantenido estancados. Estos tres sectores juntos crecieron a la tasa de 7.9%. La situación empeora en lo que va del año: la producción de los sectores, primarios y manufacturero, se desacelera notoriamente en un escenario internacional incierto y de estancamiento económico. El crecimiento del primer trimestre de este año fue de 6.0%; pero habría sido de sólo 0.3% de no haber aumentado la producción de la construcción, el comercio y los servicios, en los que se ubica el 62.3% de la PEA ocupada. Estos sectores, que además explican el 71% de la producción (según la información del año base que usa el INEI), crecieron 8.2% en el primer trimestre de este año.

A modo de conclusión

El modelo neoliberal que reproduce un alto porcentaje de la PEA de baja productividad y de bajos ingresos, sigue en piloto automático y este piloto no avizora sus límites. ¿Sabrá Humala que este no es el modelo de economía nacional de mercado, abierta al mundo?



Publicado en el Diario La Primera el sábado 4 de agosto 

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