Archive for junio 2008
Memorando Sobre el Ritmo Chino
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Desigualdad económica y conflicto social
Jürgen Schuldt
Según esa hipótesis, mientras las personas de menores ingresos relativos tengan la expectativa de que se reduzcan las desigualdades extremas, la tolerancia respecto a la iniquidad predominará sobre la impaciencia. Pero "esa tolerancia es como un crédito que se vence en cierta fecha. Se concede con la esperanza de que, finalmente, se reducirán de nuevo las disparidades. Si esto no ocurre, habrá inevitablemente problemas y quizá desastres". En nuestro caso, esa pasividad aparente desembocó inicialmente en emigración masiva, delincuencia común, corrupción desaforada, etc.. Solo ahora viene materializándose, aún desarticuladamente, en erupciones sociales en extendidas zonas críticas del país. El gráfico adjunto muestra las drásticas disparidades del gasto promedio entre y dentro de tres espacios geográficos, según datos del INEI. Esas desigualdades están representadas por curvas conformadas por grupos de 10% de pobladores (deciles) para cada una, cuya dispar participación en el gasto total no ha cambiado durante el último quinquenio de auge económico. Ahí se pueden observar las diferencias abismales del gasto promedio mensual por habitante de cada grupo: un 40% de la población limeña forma parte de los estratos de altos ingresos (más de 2000 soles por familia), 50% de ingresos medios (entre 230 y 500 soles por persona) y un 10% son pobres; en las otras urbes la relación es de 20%, 50% y 30%, respectivamente; mientras que en las zonas rurales a ningún decil le alcanza para consumos elevados y apenas realizan gastos medianos un 20% y el restante 80% es pobre. No en vano el 86% de la población considera que la distribución de la ‘riqueza’ en el Perú es injusta o muy injusta (PUCP-IOP, Estado de la Opinión Pública, Año III, junio 2008; Parte II; p. 2). La paciencia parece estarse acabando como consecuencia de las frustraciones acumuladas y que, sin aviso previo, le irán explotando en el rostro al gobierno. El ‘crédito sociopolítico’ de que disponía parece haberse suspendido de golpe en ciertas regiones, por lo que no nos debe sorprender que se desaten inadvertidos huaicos sociopolíticos en los momentos y regiones menos pensados, cuya probabilidad es aún más alta por la falta de previsión del gobierno y por la inexistencia de canales institucionalizados de concertación. Sin embargo, como ya lo decía Dahrendorf hace décadas, el conflicto social en sí no es de temer, sino todo lo contrario: es necesario y debe ser bienvenido porque conduce a la ‘modernización’, siempre y cuando se disponga de los mecanismos para canalizarlo adecuadamente. Como éstos no existen habrá que prepararse para experimentar procesos acelerados de ‘ingobernabilidad’ en lo que resta del presente gobierno. |
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Crecimiento si, pero sostenible
Kurt Burneo
Comentando el crecimiento económico de abril último (13.3%), el oficialismo económico señala que hay que sentirnos muy satisfechos porque estamos creciendo mas que China; cuando en verdad estos hipos en la dinámica del PBI deberían ser mas bien la justificación, para oportunamente implementar decisiones de política económica mas prudentes. Explicaré porque.
¿Qué factor importante está detrás de este salto del PBI? Sin duda es la expansión de la demanda interna que a dicho mes creció en 15.2% teniendo dicho número tras de sí un aumento importante del consumo e inversión privados, pero también del gasto público. Esta tendencia no es nueva para nada. Según el BCR en su último Reporte de Inflación ya al primer trimestre, mientras que el PBI crecía 9.3%, la demanda interna lo hacía en 10.8% teniendo tras de sí un aumento del consumo e inversión privada en 8.4 y 18.6% y un aumento del gasto público de 18.7%.
¿Por qué sería necesario morigerar las tasas de crecimiento del PBI y la demanda interna? La primera razón, (muy especial por cierto para la administración del Sr. Garcia dados lo malos recuerdos de la 2da. mitad de los 80`s) es lograr reducir las presiones de demanda que sobre los precios se están desarrollando paulatinamente, dado que el PBI potencial no estaría creciendo mas allá del 7%, siendo la mejor prueba de este desequilibrio la actual tendencia creciente de la inflación subyacente. La segunda razón se refiere a que la volatilidad de estas tasas de crecimiento complica las acciones de planeamiento por parte de las firmas; ello se evidencia con solo mirar que, como consecuencia del (inevitable) frenazo generado por la fuerte elevación de los encajes y ulteriores elevaciones de la tasa de interés de referencia por parte del Directorio del BCR, los bancos y las firmas prestatarias en el sistema financiero han tenido que modificar a la baja fuertemente sus proyecciones de colocaciones y fondeo respectivamente en relación a lo planificado desde inicios de este año. Y señalo que esta drasticidad de las medidas adoptadas por el Directorio del BCR hace 2 meses eran ineludibles, porque era evidente que la viada con la que venia creciendo la demanda interna era simplemente insostenible sin provocar con ello un salto importante en la inflación, contextuado esto en aquel momento, con un choque adverso de oferta provocado por la suba en el precio internacional de alimentos.
No obstante, creo que el Directorio del BCR, no debió reemplazar la elevación de la tasa de interés referencial por incrementos en el encaje en algunos de los varios ajustes que se iniciaron desde el año pasado; puesto que aparte de las distorsiones a nivel microeconómico que genera esta opción al interior de las empresas bancarias; todos los bancos centrales que aplican el esquema de metas de inflación (uno de ellos es el BCR) tienen como variable instrumental fundamental a la tasa de interés de referencia y no al encaje.
Por otra parte, y mirando los números de ahora, no creo que sea para nada evidente que las aun altas tasas de crecimiento del crédito de consumo (32% en abril) sean consistentes con la meta inflacionaria tope (3%) propuesta por el Directorio del BCR. De similar forma, el que ya se tenga al primer trimestre un déficit en cuenta corriente de 2.2% del PBI, con términos de intercambio que en el futuro se prevé con fuertes retracciones, podría incrementar las posibilidades de súbitas devaluaciones nominales, hecho que desordenadamente afectaría adversamente al sector financiero y real de nuestra economía, en el primer caso por la reducción de la solvencia de los endeudados en dólares con ingresos en soles y en el segundo caso por el efecto contractivo que detenta una devaluación. Estos aspectos deberían de merecer mas atención.
Finalmente, el que el MEF continue con una absurda política fiscal procíclica, es parte del problema por resolver, al impulsarse la expansión y volatilidad de la demanda interna. Según el propio BCR, el alto crecimiento proyectado del gasto público para este año en 15.2%, descompuesto en aumento del consumo público en 4.7% y en 42.9% en el caso de la inversión pública; no ayuda para nada, sino mas bien complica la tarea de crecer, pero a tasas que sean sostenibles en el tiempo.
Del canon a los puertos: ¿para quién gobiernan?
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Hambre: Estancado por Ocho Trimestres
Pequeñas Sumas
Para quienes piensan que invertir en los pobres es ineficiente, tengo otra alternativa: pongamos la plata en un banco. Con los intereses que hoy obtiene el gobierno con sus fondos, un 8% anual, se podría dar 100 soles mensuales a los 2 millones de familias peruanas pobres ¡eternamente! ¡por siempre! No se usaría el capital, que se mantendría intacto, sólo los intereses. La plata estaría guardada en un banco y cada familia pobre peruana podría estar segura que, pase lo que pase, llueva o truene, tendría todos los meses 100 soles mensuales en su cuenta.
Mientras tanto, las sobreganancias mineras siguen acumulándose, mes tras mes y año tras año. Si hiciéramos lo mismo el 2008, seguramente podríamos subir esos 100 soles a 140 soles. Y en un par de años más, a 200 soles. Todos los meses, a todas las familias pobres peruanas, por siempre. Parece un sueño.
¿1% de pobreza o eficiencia del gasto social?
Mientras el sueño sigue siendo un sueño, se discute si la pobreza se redujo 5% y no 2%. Poco relevante: si las sobreganancias mineras dejaran de concentrarse en unas pocas manos y fueran utilizadas para combatir la pobreza, podríamos realmente cambiar las condiciones de vida de millones de peruanos en 3 o 5 años.
Lourdes Flores, por su parte, propone una mejor política social y un mayor esfuerzo por la inclusión…pero sin tocar las sobreganancias. En una entrevista reciente, insiste en que los gobiernos regionales y municipios gasten más – aumentando así el déficit fiscal en un momento en que este debe mas bien reducirse– y en que el problema es de gestión en las áreas sociales.
Seguro que las ineficiencias en la gestión en educación, salud y programas de lucha contra la pobreza son muy grandes. Pero no tienen comparación con las sobreganancias. Tanto han criticado los partidarios de Lourdes la focalización en el vaso de leche y los comedores populares, y hablan allí de lograr ahorros de 50 u 80 millones de soles al año…!eso se llevan las mineras de sobreganancias en un día!
Más importante, estos neoliberales se olvidan esa gran máxima de su ideólogo number uán, Milton Friedman: no free lunch, no hay lonche gratis. Si queremos tener educación salud y programas sociales de calidad, hay que invertir en ellos. ¿O de verás creen que hospitales y centros de salud con equipos obsoletos y sin medicinas, profesores mal pagados y colegios sin baño, pueden dar un buen servicio? ¿O alguien puede creer que la desnutrición infantil se resuelve con sólo un vaso de leche diario, que no cuesta ni 5 soles al mes?
Hoy los peruanos tenemos la posibilidad de dar un salto gigantesco en la lucha contra la pobreza. Cuestión de compartir un poco mejor la riqueza y de invertir para que el Estado sea capaz de hacer su trabajo y mejorar la vida de la gente.
Crisis mundial de alimentos
Armando Mendoza
Como causas de la crisis mundial de alimentos -reflejada en el alza continua de precios en el Perú y el mundo- se han mencionado el creciente consumo de China e India, las malas cosechas en Australia, la producción de biocombustibles, etc., todas las cuales contribuyen a reducir la oferta y elevar la demanda por trigo, maíz, soya y otros alimentos básicos. Pero a esos factores debe agregarse uno más, artificial y perverso: la creciente especulación por mega inversionistas internacionales, que han visto en la crisis de alimentos una oportunidad de lucro.
Lo sucedió es sencillo: por determinadas razones (como la reducción de cosechas en Australia) se produjo un desbalance entre oferta y demanda en los mercados internacionales –demasiados compradores y no suficiente oferta-, desbalance que lógicamente tiene que ajustarse con un incremento de precios hasta que nuevamente demanda y oferta se equilibren. El problema es que al subir los precios para ajustar el mercado, surgen los especuladores –grandes firmas y fondos de inversión internacionales- que comienzan a comprar y demandar alimentos; no porque realmente los requieran, sino simplemente por especular apostando a que los precios subirán aun más: compro hoy a diez y venderé mañana a veinte.
Así, estos especuladores inflan artificialmente la demanda, creando una “burbuja especulativa”: un desequilibrio del mercado generado por precios elevados, lo que atrae a especuladores que incrementan nuevamente los precios, atrayendo más compradores y elevando aun más los precios, etc., etc., etc. En esta situación, los precios se elevan por encima del valor real o valor intrínseco del bien. En otras palabras, una vez desatada una burbuja especulativa, nadie sabe hasta que niveles llegaran los precios, producto del capricho y la irracionalidad.
¿Recuerdan cuando los peruanos acaparábamos dólares esperando que el tipo de cambio subiese? Eso, pero en grande, es lo que ahora están haciendo con los alimentos los inversionistas internacionales. Y es que, más allá de toda su parafernalia, los fondos internacionales de inversión son en realidad simples y vulgares especuladores, que hacen su riqueza saltando de una burbuja a otra, buscando siempre comprar barato y vender caro. El despegue de la Internet, la ola de inversiones en Rusia, o el reciente auge inmobiliario en Estados Unidos son ejemplos de burbujas especulativas pasadas. Justamente, una vez liquidada la burbuja inmobiliaria estadounidense, los inversionistas se han lanzado a buscar un nuevo “el dorado”, entrando masivamente a especular en los mercados internacionales de alimentos.
Así -según el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA)- mientras del 2004 al 2007 la inversión internacional en oro y otros metales ha sido estable, por el contrario, la inversión en otros bienes –lo que incluye alimentos- se disparó, multiplicándose por ocho, hasta alcanzar la monumental suma de 8,400 billones de dólares para diciembre del 2007, estimándose que hasta 30% del alza en los precios internacionales de alimentos se explica por la presión especulativa, reflejada en las crecientes inversiones en instrumentos financieros vinculados a alimentos.
La teoría económica dice que tarde o temprano toda burbuja especulativa termina por estallar y los precios vuelven a un nivel de equilibrio “normal”. Pero mientras tanto, las consecuencias económicas y sociales de esta especulación, en el Perú y en el mundo, serán muy graves. La apuesta de los especuladores es lucrar con una carestía mundial de alimentos que significara para millones de personas, hambre y miseria. ¿Se quedaran con los brazos cruzados los gobiernos y organismos internacionales?
Tamaño del Gobierno y apertura económica
José Oscátegui A.
Profesor del Departamento de Economía, PUCP
Hace ya diez años, en 1998, en base a la evidencia procedente de una diversidad de países, Dani Rodrik publicó un trabajo en la prestigiosa revista especializada Journal of Political Economy, de la universidad de Chicago. El título, traducido al castellano, es ¿Por qué las economías más abiertas tienen Gobiernos más grandes?. En él, Rodrik muestra la evidencia a nivel internacional que existe, sobre la relación entre la apertura de la economía y el mayor tamaño del Gobierno y, además, la explica.
Esta relación debe parecer imposible a muchos, pero, tal como lo muestra Rodrik, es más bien una solución óptima. La explicación tiene que ver con la incertidumbre y el riesgo al nivel de actividad económica doméstica que acompañan a la apertura comercial y financiera, y el rol atenuador de ese riesgo que cumple el gasto y la acción del Gobierno.
Las diversas crisis financieras internacionales han mostrado que la apertura financiera crea riesgos, y la actual crisis económica internacional, entre otras, muestra que la apertura comercial también genera riesgos. El trabajo de Rodrik sostiene que, en este contexto, el gobierno es un estabilizador y puede cumplir mejor este papel cuanto mayor sea su tamaño.
La evidencia trabajada por Rodrik muestra que “la relación entre apertura y gasto del gobierno es válida también para el consumo público y no sólo para las transferencias…”. Es decir, que el Gobierno cumple su papel de reducir el riesgo que enfrenta el país debido a la apertura comercial, consumiendo, demandando, comprando a las empresas y no sólo con el gasto que acá llamamos “social” y que consiste en algunas transferencias directas.
Nuestros propugnadores de un Gobierno pequeño sostienen que los riesgos externos que enfrentan los países pequeños deben ser diversificados por medio de la participación en los mercados financieros. Pero la evidencia muestra que eso no se consigue a plenitud ni siquiera en los países desarrollados.
Rodrik encuentra que siendo cierto que la apertura conduce, en países desarrollados y en países en desarrollo, a un mayor gobierno, la forma en que este actúa difiere según el tipo de país. En los países desarrollados el gobierno gasta más en seguridad social y bienestar que en consumo gubernamental. Sin embargo, en países en desarrollo la acción del gobierno, para atenuar el riesgo, reposa en un amplio conjunto de instrumentos, entre los que se encuentra también el empleo público. Como dice Rodrik (la traducción es mía),
“…también hay otras implicaciones con respecto a la relación entre mercados y gobiernos. Ellos son, a menudo, vistos como sustitutos. Toda acción del gobierno que no sea la producción de bienes públicos, ley y orden, y derechos de propiedad, es vista como enemiga del mercado. La integración internacional de los mercados es vista como debilitadora de la efectividad, a nivel nacional, de la acción del gobierno. Lo que presentamos en este trabajo… sugiere que hay un grado de complementariedad entre mercados y gobiernos…En verdad, los gobiernos se han expandido más rápidamente en las economías más abiertas…Parece que los gobiernos han buscado mitigar la exposición del país al riesgo incrementando la parte del producto doméstico que consumen”.
Muchos de los que asumen ser pro-mercado en Perú, consideran que la máxima ampliación del mercado sólo puede ocurrir con la reducción del Gobierno a su mínima expresión. El texto, poco conocido, de Rodrik muestra que el mercado dejado libre conduce a resultados indeseables, pero que las economías funcionan mejor si junto a la ampliación de los mercados se amplía el rol del Gobierno en la economía, en la demanda, en el consumo de la producción doméstica y en el empleo. Este es un tema importante a la luz de la discusión sobre la reforma constitucional.
¿Existen estadísticas de “sabor nacional”?
Farid Matuk
Las proyecciones del MEF y del BCR para el 2009 diferían en 1,1 puntos, pero el BCR ajustó las cifras, considerando la inflación a mayo, y su expectativa sobre el déficit en la cuenta corriente pasó de 2,4% a 2,7% del PBI. El Marco Macroeconómico Multianual, documento de referencia emitido por el MEF, espera un déficit menor en 1,4 puntos. Al respecto, el director de Asuntos Económicos y Sociales del MEF, Javier Kapsoli, explicó que, al margen de cómo cada entidad haya hecho los cálculos, lo importante es que tanto el MEF como el BCR coinciden. (El Comercio B-3 – 14 de Junio de 2008)1
Los estándares internacionales y la transparencia metodológica son componentes esenciales de un estado moderno, para que no se “pacten” coincidencias como las informadas ayer o para que se “arreglen” resultados como los de la pobreza de hace unas semanas atrás. Pero lo primero que llama la atención es que el Marco Macroeconómico Multianual 2009 – 2011 aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 28 de Mayo, hace sólo 18 días, tiene un déficit en cuenta corriente inferior a la mitad del pactado esta semana.
Un componente esencial del “balance en cuenta corriente” son las exportaciones e importaciones de bienes y servicios que representan más de cuatro quintos de los flujos de entradas y salidas de la cuenta corriente externa. Es decir, esta duplicación del déficit de cuenta corriente ocurrido durante las últimas tres semanas tienen que tener una explicación en la evolución reciente de las importaciones y exportaciones.
Hasta Enero de este año, nuestro país reportaba las estadísticas externas siguiendo los criterios de Naciones Unidas explicados en la ficha técnica de las últimas dos páginas del boletín denominado “Evolución de las Importaciones y Exportaciones”2, en particular la metodología de cálculo de los precios externos para separar lo comerciado en términos físicos de las fluctuaciones de los precios internacionales.
En el último boletín diseminado este mes3, se tienen criterios de “sabor nacional” que desechan los criterios homogéneos de la Comisión de Estadística de Naciones Unidas aprobados en 2003, que permiten la comparabilidad entre dos países cualesquiera con idénticos criterios. Ahora nuestras exportaciones son clasificadas con un obsoleto decreto supremo de 1992, y nuestras importaciones son clasificadas con un criterio elaborado por CEPAL en 1965.
Las razones que explican el cambio a una metodología arbitraria y obsoleta no han sido documentadas, como es la práctica gubernamental usual en estos días, para quién la transparencia debe ser una propiedad física del cristal y otras sustancias.
Farid Matuk
Bonanza con espinas
Francisco Durand
El mensaje emana de Palacio y hace eco en los principales medios de comunicación. Lo refuerzan declaraciones de ministros y se complementan con entrevistas a la CONFIEP. Lo dicen los expertos del Banco Mundial, y hasta el ex presidente Aznar. Ergo, debe ser cierto. Estamos frente a un ídolo de autoridad: creer en algo si alguien importante lo dice. Para alejarnos del ídolo, preferimos ver otros indicadores y mejores métodos. Contra lo que afirma el discurso oficial, descubrimos que la bonanza oculta serios problemas del propio modelo económico y los refuerza. Cierto, hay mérito. La bonanza ocurre desde 1990, cuando se liberalizó la economía apoyando al sector privado para que se expandiera sobre la propiedad estatal y comunal, desatándose una acumulación de capital acelerada. También porque desde 1994 se invirtió en el sector extractivo-exportador luego de una virtual parálisis de inversión desde 1968, lo que explica su impresionante velocidad. Por último, a partir del 2002 aumentó sostenidamente el precio y la demanda internacional de commodities. Cuando llegó el boom, estábamos listos, y como siguió, continuamos invirtiendo. De allí el "milagro peruano". Obviamente, así como llegó, la bonanza también puede irse. Son cíclicas. Trae además altos precios de petróleo y alimentos, y el dólar anda devaluado. Pero ¿para qué ser "derrotistas"?, sigamos "pensando en grande", y creámosle al MEF, que proyecta crecer a una tasa promedio del 7% anual varios años más. Aun así, hay problemas. Un análisis realista debe empezar entendiendo que el modelo neoliberal criollo centra el crecimiento en oligopolios y oligopsomios en su mayoría extranjeros que concentran y concentran el poder económico. Persistir en el modelo es reforzar estos rasgos, impidiendo el verdadero crecimiento con bienestar y bloqueando las oportunidades para todos. Los monopolios, y sus defensores, que los consideran intocables, impiden el desarrollo empresarial nacional acelerado de las pequeñas y medianas empresas y una más efectiva y permanente reducción de la pobreza. Para ver mejor esta dura realidad cambiemos el método palaciego y empresarial del jardín (mirar solo los casos de éxito, las flores) por otro panorámico (que también mire a la hierba mala). El análisis de la cúpula del poder económico y ciertos indicadores nos habla de bonanza con asimetrías y problemas. Tatsuya Shimizu (Instituto de Desarrollo Económico de Tokio) comprueba que entre 1987 y el 2001 las multinacionales del Perú pasaron de 25 empresas a 41 de las top 100 y que su porcentaje de ventas subió de 20.6% a 48.5%. Igual tendencia se observa en América Latina según informes de la CEPAL, indicando una fuerte extranjerización económica entre las empresas top. En el Perú es más extrema, hay menos éxito nacional y más posibilidades de nacionalismo económico. Esta tendencia se puede estimar viendo el desempeño de los mayores Grupos de Poder Económico peruanos. Como se aprecia en el cuadro, el resultado no es bueno. De los 28 grupos más grandes, 11 han quebrado, los han comprado o se han debilitado profundamente desde 1990. También 6 han perdido posiciones, pasando a escalones más bajos del ranking. Solo 6 están creciendo y en el sitial más alto encontramos 3 viejos y 2 nuevos más. No olvidemos que aún entre ellos una parte de las acciones de varios buques bandera están en manos transnacionales o vía las AFPs (42% de Credicorp y 34% de Alicorp del grupo Romero, 50% del Banco Continental de Brescia, 55% de Yanacocha y 13% de Buenaventura de Benavides, 6% de Graña y Montero). MULTINACIONALIZACIÓN Y OLIGOPOLIZACIóN Existen dos problemas interrelacionados, la multinacionalización de la cúpula económica y la oligopolización, y generan graves consecuencias que la bonanza refuerza. Ejemplos: • Al exigir altos intereses y excesivas garantías la banca impide crear un mercado de capitales para la pequeña y mediana empresa. El crédito de consumo también es depredador. • Las leyes y el Estado apoyan la estrategia de las corporaciones de empleo precario y bajos ingresos. • Los monopolios suelen abusar de los usuarios y aprovecharse de un Estado capturado (ataques especulativos cambiarios, elevado costo de llamadas, innecesaria renta básica telefónica; recargos bancarios y pérdidas por manejo cambiario en los bancos; bloqueo a la libre desafiliación de pensionistas; exoneraciones tributarias a grandes empresas; oposición a los impuestos a la sobreganancia minera; altas tarifas de energía, uso portuario, carga aérea y peajes). • Tal situación, aunada a un sistema de impuestos punitivo (19% de IGV), penaliza a los pequeños empresarios y favorece la informalidad. • La transnacionalización induce al Estado a adoptar una mentalidad convoy y sin estrategia. Más que clase dirigente tenemos clase dirigida. El principal grupo de interés no entiende al país por ser extranjero pero influye. • El Estado infiltrado bloquea reformas para desogolipolizar la economía y profesionalizar la burocracia porque dejaría de usarla. Terminamos con una nota optimista. Contamos con los recursos humanos suficientes para generar una Estrategia de Desarrollo Nacional, y capacidades empresariales nacionales para el desarrollo de todos. El problema económico se resuelve políticamente. El 2011 es la oportunidad de cambiar, y para evitar que los empresarios secuestren al presidente o que uno nuevo quiera secuestrar a los empresarios. (*) Profesor de Política Latinoamericana en la Universidad de Texas, Los Angeles, EEUU. Este artículo lo puede leer también en: http://aeperu.blogspot.com |
Pobreza y la Ingesta Calórica
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- La pobreza total cayó de 44,5% a 39,3%, es decir, en un apreciable 10,5% o 5,2 puntos porcentuales. Con lo que el número de pobres se redujo en 1,3 millones de personas. Pero aún subsisten algo más de 11 millones en condiciones de pobreza [2].
- La pobreza extrema se redujo en 13,8%, al disminuir de 16,1% a 13,7%, con lo que casi 620.000 personas salieron de esa condición; pero siguen soportándola 3,9 millones.
- La pobreza no extrema disminuyó 8,6%, de 28,4% de la población total a 25,6%, lo que benefició a algo más de 680.000 ciudadanos, quedando en tal situación 7,2 millones de ciudadanos.
- Finalmente, la población peruana que no ha logrado cubrir las necesidades calóricas normales fue de 29,9% en 2006, proporción que declinó a 28,5% en 2007, significando una caída de 3,4% (o 1,4 p.p.). Lo que querría decir que apenas 280.000 personas más que en 2006 lograron cubrir sus requerimientos alimenticios el año pasado. Sin embargo, aún algo más de 8 millones de peruanos no alcanzan a satisfacerlas.
TABLA II: PERSPECTIVA POR DEPARTAMENTOS, 2006-2007
(http://aeperu.blogspot.com/2008/06/mapa-del-hambre-2006-2007-farid-matuk.html).
- Respecto a la pobreza total (sumatoria de pobres extremos y no extremos, data que no figura en el Cuadro), ha disminuido en casi todos los departamentos, excepto en Ancash (donde sube de 42 a 42,6%), Cajamarca (63,8 a 64,5%), Cusco (49,9 a 57,4%), Tacna (19,8 a 20,4%) y Tumbes (15,8 a 18,1%).
- En relación a los pobres extremos (PE), observamos lo siguiente:
- Todos los departamentos de la sierra y selva rebasan el promedio nacional de PE (del 16,1%) en 2006, excepto ‘Lima Provincias’ (6%) y Madre de Dios (4,3%); y de la costa solo La Libertad excede ese promedio. En el 2007, con una menor tasa de pobreza extrema (13,7%), se repite el cuadro anterior, pero ya no se incluye en el rubro a un solo departamento serrano (Junín). En pocas palabras, como es bien conocido, es en la sierra y la selva -y más notoriamente en las zonas rurales- donde vive la gran mayoría (relativa) de los que no poseen “el valor monetario necesario para la adquisición de una canasta de alimentos capaz de satisfacer un mínimo de necesidades nutricionales de las personas”, que es la definición de ‘pobreza extrema’ que utiliza el INEI [3].
- Los casos extremos de extrema pobreza (por encima del 30% de su población) se presentan en los departamentos de Huancavelica (72,3% y 66,7% en 2006 y 2007, respectivamente), Ayacucho (41,3 y 35,5%) y Huánuco (40,6 a 31,7%); en cada uno de los cuales se ha reducido en el último año. En cambio hay casos en que aumentó la PE: Pasco (de 31 a 31,5%) y Cajamarca (29 a 31%), así como en Cusco (22,8 a 27,8%). También ha aumentado la PE en departamentos en que no es muy alta la PE en términos relativos (por debajo del 7%): Lima Provincias, Moquegua, Tacna, Arequipa, Lima-Callao y Tumbes.
- Respecto a los pobres no extremos (25,6% en 2007), que representan un porcentaje mucho mayor que los PE (13,7%), tenemos que han aumentado –en parte por el traslado de los pobres extremos a esta categoría- en Huánuco, Puno, Apurimac, Cusco, Ancash, Lambayeque, Tacna y Tumbes.
- Finalmente, considerando la ingesta calórica por departamentos, podemos establecer que, a nivel nacional, se ha reducido levemente el déficit, de 29,9% a 28,5%, lo que significa que aún son más de 8 millones de peruanos los que no cubren lo necesario. Por el lado más negativo, tenemos que:
- El déficit calórico ha aumentado en diez de las 25 regiones, a saber: Huancavelica de 61,1 a 66,1%; Ayacucho de 37,8 a 41,8%; Pasco 50,8 a 54,6%; Cusco 24,5 a 39,3%; San Martín 20,7 a 21,3%; Lima-Provincias de 21,6 a 26,6%; Moquequa, 31 a 33,5%; Tacna 23,6 a 27,2%; e Ica 17,3 a 21,6%.
- Y lo que es más grave: Hay departamentos en que no solo los pobres extremos sino que todos los pobres, e incluso algunos no pobres, no llegaron a cubrir la ingesta calórica requerida. Es decir, el porcentaje de personas que no llegan a ese nivel es superior al porcentaje de pobres. En el 2006 fueron cuatro (Moquegua, Tacna, Arequipa y Madre de Dios), los que seguían en esa condición en 2007 y a los que acompañó Ica (21,6% con déficit contra 15,1% de pobres). Este último es el que más llama la atención, ya que un quinto de su población no cubre sus necesidades calóricas, cuando los pobres representan un sétimo.
- Como es obvio, ningún pobre extremo cubre sus necesidades calóricas en departamento alguno, por más que se los haya definido oficialmente como aquellos que cubren una canasta mínima de alimentos.
- En cambio los porcentajes de los pobres no extremos que no alcanzan el requerimiento calórico varía entre departamentos y llega a niveles escalofriantes [4]. A nivel nacional, un promedio de 57,8% de no pobres no llega a cubrir los requerimientos calóricos en 2007 (en 2006 eran menos: 48,5%). Más específicamente para los departamentos –en el año 2007- tenemos los siguientes porcentajes de pobres no extremos con déficit superiores al 50% (en orden decreciente de importancia), aparte de los departamentos mencionados en que ninguno cubre el requerimiento (Moquegua, Tacna, Arequipa, Madre de Dios e Ica): Tumbes (99,2%), Lima-Provincias (91%), Lima y Callao (89,9%), Pasco (72,4%), Piura (62,2), Loreto (58,1), La Libertad (56,6) y Junín (54,1).
- Finalmente, en varios departamentos ni siquiera todos los ‘no pobres’ cubren sus requerimientos calóricos [5]. El porcentaje de los que no viven en condiciones de pobreza (‘no pobres’) que tienen ese déficit es el siguiente para 2007: Arequipa, 16,1%; Moquegua, 10,4%; Ica, 8,7%; Tacna, 8,5% y Madre de Dios, 4,4%.